18 April 2012

Un post en 30 minutos o menos

Mi prolongada pero involuntaria ausencia se debe, como ya lo he dicho previamente, a mi exceso de trabajo académico en este momento. El blog ya tiene seis años de acompañarme en todo tipo de peripecias  y aún en los momentos más estresantes de la universidad, siempre tuvo nuevo contenido que presentar. No tengo excusa para que esto cambie. Así que en vista de las circunstancias, no le queda otro remedio más que evolucionar, o por lo menos cambiar temporalmente de formato. Es por eso que se me ha ocurrido una nueva categoría de escritos: los “posts en treinta minutos o menos”. Si funciona para las pizzas, tiene que funcionar para mí. Partiendo del hecho que en intervalos de dos horas me doy un descanso de media hora a una hora según la actividad elegida para relajarme, voy a darme treinta minutos para escribir lo que sea, tratando de guardar lo máximo de coherencia posible y evitando subterfugios tentadores como sólo poner un video o una tira cómica. La traducción no hará parte de ese espacio de tiempo, pero será añadida el mismo día en otro periodo de descanso. Y así me obligaré a actualizar frecuentemente esta página que tanto he querido por mucho tiempo.


En esta ocasión, he querido hablar de mi esotérica investigación de segundo año, de cómo la he abordado y de las dificultades que he tenido que enfrentar. El tema surgió de mi monografía del primer año, sobre el centro de arquitectura Arc en rêve (del cual sigo todavía en deuda de los posts que prometí en junio del año pasado). En el año 1989, el centro organizó un “llamado a ideas” con arquitectos de renombre internacional, para que hicieran propuestas alternativas a un proyecto de Ricardo Bofill que estaba previsto en el barrio La Bastide, único barrio del lado izquierdo del río y que no forma parte del perímetro de patrimonio mundial de la UNESCO y que históricamente estaba ocupado por instalaciones militares, industriales y ferroviarias. La propuesta de Bofill era una reinterpretación post-modernista de la fachada del siglo XVIII de los muelles del lado derecho, lo que se sentía como una traición al espíritu obrero del barrio, que está ocupado por antiguos empleados de las fábricas que existían en el lugar y que son muy unidos entre ellos, lo que le da a ese sector una identidad social propia.


Al final el proyecto de Bofill fue rechazado, pero tampoco fueron tomados en cuenta los proyectos de Zaha Hadid, Calatrava, Jean Nouvel, William Alsop y John Lyall, Christian de Portzamparc, Philippe Chaix y Jean-Paul Morel y Rem Koolhaas, que eran todos proyectos muy característicos de sus creadores, pero muy caros y algunas veces inconstruibles. Lo mejor que se pudo hacer fue llamar a Dominique Perrault para que hiciera una nueva propuesta de remodelación del barrio, que progresivamente se fue abandonando, hasta que sólo quedó un plan director y un reglamento de construcción para veintinueve hectáreas de las doscientos cincuenta que forman el barrio. Pero hay que decir que se trataba de los terrenos más simbólicos y codiciados, los que se encuentran frente a la Plaza de la Bolsa y sus construcciones de alrededor. En esas veintinueve hectáreas se demolió casi todo lo existente y se construyó una “Zona de ordenamiento urbano concertado”, que fue renovada con edificios que debían respetar los principios de “arquitectura contemporánea y urbanismo vegetal” que había dictaminado Perrault. Ese micro-barrio dentro de un barrio es el objeto de muchas críticas de personas que no están conformes con su calidad arquitectónica y porque traiciona igualmente, la esencia, la identidad del barrio.


Pues mi monografía de este año se interroga sobre cuál es esa susodicha identidad del barrio y cómo se ha expresado arquitectónicamente. Estoy estudiando la zona desde los años cincuenta, cuando el alcalde de aquel entonces Jacques Chaban-Delmas instaló proyectos de vivienda social, hasta este año, cuando se están planificando grandes proyectos para cambiar cada uno de los sectores del lugar. Mi trabajo se interroga sobre cómo deben abordar los arquitectos la identidad de un lugar y cómo la arquitectura, por muchas cualidades formales que tenga, no puede ser exitosa si no se encuentra en un contexto adecuado.


Y se me acabó la media hora. Las dificultades de la investigación serán para mañana. Traten de vivir con este cliffhanger por un día. 



My long but involuntary absence is due, as I’ve said before, to my surcharge of academic work right at this moment. The blog has been my companion through all sorts of adventures for six years now, and even in the most stressful times in college it always had new content to present. I don’t have an excuse for this to change. So, in view of the circumstances, the blog is forced to evolve, or at least temporarily change format. That is why I have come up with a new writing category: “Posts in thirty minutes or less”. If it works for pizzas, it has to work for me. Given the fact that I work in two-hours intervals with a break that can last from half an hour up to a complete hour, according to the chosen activity to relax, I will give myself thirty minutes to write anything, trying to keep a maximum of coherence as possible and avoiding tempting alternatives such as posting just a video or a comic strip. Translation will not be part of that time, but it will be added the same day on another break. And that is how I will be forcing myself to update this site I have loved for so long.


This time, I wanted to talk about my esoteric second-year research, of how I’ve dealt with it and the difficulties I’ve had to face. The subject came from my first-year thesis about the architecture center Arc en rêve (of which I’m still in debt of the posts I promised last June). In 1989, the center organized a “call to ideas” with internationally renowned architects, to make alternate proposals to a project by Ricardo Bofill that was going to be built at La Bastide neighborhood, the only part of Bordeaux that is placed at the other side of the Garonne River and that is not placed in the UNESCO’s world heritage perimeter. Historically, this neighborhood was occupied by military, industrial and railway structures Bofill’s proposal was a Post-Modernist reinterpretation of the XVIIIth century façade of the right bank, and it felt like a betrayal to the working spirit of the neighborhood, inhabited by former employees of the factories that existed there and whom are very united amongst them, giving the area its own social identity.

In the end Bofill’s project was rejected, but the proposals by Zaha Hadid, Santiago Calatrava, Jean Nouvel, William Alsop y John Lyall, Christian de Portzamparc, Philippe Chaix y Jean-Paul Morel and Rem Koolhaas, each of them very characteristic of their creators, were neither taken into account because they were too expensive and sometimes impossible to build. The best thing that could be done was calling Dominique Perrault to make a new proposal to remodel the neighborhood that was gradually left out, until it only remained an ordinance plan and a construction code for twenty-nine out of the two-hundred-and-fifty hectares of the area. But it must be said that those were the most coveted and symbolic grounds, for they are placed right in front of the “Place de la Bourse” and its neighboring constructions. Almost everything was demolished in the twenty-nine hectares and was built a “Zone of concerted planning”, that was filled with buildings that had to respect the principles of “contemporary architecture and vegetal urbanism” that Perrault had decided. This micro-neighborhood inside of the neighborhood has been heavily criticized by people who are not happy with its architectural qualities and because it also betrays the neighborhood’s essence, its identity.


Well, my thesis puts into question this so-called identity and how it has been translated into monuments. I’m studying the zone from the 1950’s, when then-mayor Jacques Chaban-Delmas built there social housing projects, until this year, when there are important projects to each of the place’s areas. My work aims at asking how architects should consider a place’s identity and how architecture, no matter how many formal qualities it has, cannot be successful if it’s not located in an adequate context.


And my half an hour is up. The difficulties of research will have to wait for tomorrow. Try to live with such a cliffhanger for a day.


1 comment

  1. Roberto Paredes9:57 AM

    Muy interesante. Espero seguir leyendo detalles de su investigación, especialmente su marco teórico, que supongo que se orienta sobre la noción de lugar.

    Saludos

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