En el segundo nivel del edificio del Museo de Arte contemporáneo de Bordeaux está el Centro de arquitectura Arc en Rêve, que cuenta con salas de exposiciones de arquitectura contemporánea, el único centro de este tipo en esta hermosa ciudad clasificada como Patrimonio de la Humanidad… debido a su arquitectura histórica. Sin pretender nadar contra la corriente, Arc en Rêve crea el equilibrio que deja en evidencia lo culta y cosmopolita que es la ciudad. Organiza conferencias, encuentros con arquitectos, talleres educativos para niños, además de que es responsable de la publicación de varios libros. Este lugar representa la Meca, la consolidación de todo lo que alguna vez soñé con encontrar y no puedo siquiera describir lo que sentí cuando entré a esta exposición y vi las maquetas, la museografía; todo es impresionante.DSC02303¿Conocen a ese turista insoportable que va a los museos a tomar fotos de absolutamente todo lo que ve y ni siquiera puede disfrutar de la exposición? Pues gracias a ese hábito irritante es que pueden disfrutar de la magnífica exposición de BIG, abreviatura del Bjarke Ingels Group, la firma creada por el arquitecto… Bjarke Ingels.

Este danés de sólo 36 años es considerado una súper estrella en el medio, en gran parte por su extraordinario carisma, su magnífico marketing y sí, su proyectos también. DSC02361La exposición muestra los principales proyectos de la firma, de la forma más juvenil, divertida y accesible posible. La explicación de la filosofía de la firma y de cada uno de los proyectos está en forma de murales diseñados como una gran tira cómica, donde el narrador es el mismo Bjarke que nos guía a través de esta emocionante aventura que es la arquitectura.

Desde el inicio muestra su ambición que casi raya en insolencia, poniéndose en el mismo muro pero tratando de distinguirse de Mies van der Rohe (autor de la célebre frase “Less is more”), de Robert Venturi, Philip Johnson, Rem Koolhaas y hasta de Obama, de quienes extrae la esencia de sus filosofías para crear su propio mantra: “Yes is more”, una forma optimista de enfrentar los problemas de la arquitectura de nuestra época, agobiada por los problemas económicos y las preocupaciones ecológicas, anteponiendo ante ellos la visión de que los obstáculos son retos a ser superados con la creatividad, el buen humor y hasta con un poco de suerte. DSC02365La exposición trata de ser un detrás de cámaras del proceso creativo y de la forma en que se trabaja en su oficina; se ven sus empleados, el comedor, la forma en que se abordan los proyectos y cómo a veces las propuestas no son exitosas en un lado, pero sí en otro contexto o cultura. No hace falta decir que sería un sueño encontrar un lugar así para trabajar algún día…DSC02306DSC02307DSC02308DSC02309DSC02310 La estrella de la exposición es, sin lugar a dudas, la magnífica maqueta de las torres Lego, hecha de los famosísimos bloquecitos. DSC02312DSC02316DSC02318DSC02319DSC02320DSC02321DSC02322DSC02323DSC02324DSC02326DSC02327DSC02329DSC02331DSC02332DSC02333DSC02334DSC02335 Torres Walter, en Praga:DSC02336 Casas Vejle, actualmente en construcción en bahía Vejle, en Dinamarca:DSC02337DSC02339DSC02343DSC02342 DSC02348“Los 5 pilares de Bawadi”, hoteles y tiendas en Dubai. Uno de mis proyectos favoritos, cuya forma terminó representando, por pura casualidad, los cinco pilares del Islam.DSC02349DSC02350 DSC02352 El “People’s building”, propuesta para la Exposición Universal de Shanghai 2010, con una volumetría que significa “gente” en chino. DSC02353 Pabellón danés para la mencionada Exposición Universal. Una gran rampa para bicicletas, digno de ser plagiada para el eterno proyecto de Diseño 3 de la Escuela de Arquitectura de la UNAH.DSC02360DSC02363A pesar de las múltiples objeciones que se le puedan encontrar, no puedo dejar de recalcar el mérito que tiene el señor Ingels en promover la arquitectura de forma universal y no para el reducido grupo de los profesionales en la materia. Popularizar y vulgarizar conlleva mucha simplificación y a veces requiere de parafernalia y extravagancias que pueden llegar a distraer y para algunos hasta cobrar más importancia que la esencia misma de los proyectos. Sin embargo muchos valores que se promueven no dejan de ser válidos sólo porque estén empacados en un joven que parece presentador de televisión y la intención de poner algo de ligereza en lo que a veces puede ser una carrera pesada y agobiante nunca está de más.

Sería un sueño que alguna vez pudiéramos tener este tipo de empresas en Honduras, compañías que den respuestas originales y que conscientemente aspiren a considerarse revolucionarias, pero esto no va a ser posible, mientras el común de las personas no valore este tipo de propuestas. No puedo ni siquiera decir que es una cuestión de medios, porque se siguen construyendo en mi país edificios absurdos, ridículos y extremadamente costosos, que ponen en evidencia el esnobismo, ignorancia y falta de cultura de las clases dominantes. La promoción de la arquitectura contemporánea no es un lujo o un pasatiempo, es una obligación, una responsabilidad para las generaciones futuras y una necesidad imperativa para los arquitectos de mi generación que deben granjearse un camino amarrados por políticas mal guiadas y clientes que no conocen alternativas a las construcciones extranjeras típicas que siempre tratan de imitar.



Era inevitable que la distancia y lo que se podría calificar como “nueva vida” resultaran en una perspectiva diferente con respecto a la que había llevado hasta ahora. El sitio es otro, las personas son desconocidas, las actividades resultan novedosas pero de alguna forma me doy cuenta que todo lo que se trató de inculcarme y la educación que recibí es aplicable en todas partes y con todo el mundo. Es más, estar lejos y tener la oportunidad/obligación de tomar hasta las decisiones más ínfimas me ha hecho darme cuenta de varios condicionamientos y patrones que repito con el fin de lidiar un poco mejor con este abrumador ambiente desconocido.

También estar aquí me ha demostrado lo inútil y dependiente que era en Honduras.

Obviamente yo no cocinaba en mi casa; mi madre siempre se encargó de la comida porque le encanta cocinar, es muy talentosa en eso y es su forma expresa su cariño por su familia. Yo trataba de reivindicar mi posición como mujer educada del siglo XXI que se rebela en contra de la imagen de latinoamericana encargada de los quehaceres en su casa al rechazar por completo cualquier intento de enseñarme u obligarme a cocinar. Y desde luego ahora que no tengo a nadie que vele por mis necesidades o gustos alimenticios me doy cuenta que desaproveché la oportunidad de aprender a preparar los platos típicos de mi país y de mi familia, además de la oportunidad de tener a las excelentes maestras que fue mi abuela y es mi madre. No cocinaba por no querer parecer sumisa y conforme al sistema patriarcal pero ahora soy una mujer educada e independiente que no sabe preparar comida para sí misma. Por supuesto he tenido que aprender, inventando, leyendo recetas en internet o en libros, acompañando a mis compañeras de apartamento cuando ellas preparan algo y pidiéndole a mi madre que me envíe recetas por correo electrónico.

Es ahora que me doy cuenta que todos esos regaños por mi pereza y falta de colaboración en los quehaceres domésticos estaban bien fundados. Aunque todavía no puedo decidir si haberme acostumbrado a vivir en una casa limpia y ordenada fue dañino en el sentido que me convirtió en una criatura estricta e intolerante hacia el desorden, la suciedad y la displicencia ajena. Tengo el orgullo de decir que cumplo al pie de la letra con la auto impuesta limpieza semanal de mi cuarto, cuando cocino y como lavo y guardo inmediatamente los platos, y limpio seguido la sala común del apartamento. Yo cumplo con mi parte, mi madre estaría orgullosa. Pero, ¿qué hay de la parte de las otras personas? Es la primera vez que me toca compartir casa con gente que no conozco y eso significa para mí que tengo que ser más pulcra y respetuosa que de costumbre, pero no es así necesariamente para los demás. ¿Debería de ponerme a educar a personas que de por sí han vivido lejos de su familia desde hace muchos años pero que no parecen haber adquirido buenas costumbres en todo ese tiempo? ¿Debería entonces buscar un apartamento sola donde no entre en conflictos por los temas del ruido a las horas de estudio, de platos que no se lavan solos, de cucarachas atraídas por migajas en el suelo y cartones y empaques fuera del basurero? Probablemente debería, pero eso significaría un aislamiento aún mayor del que estoy experimentando en este lugar. Todavía tengo grabadas en la cabeza las palabras que me dijo una ingeniera de la oficina antes de que me fuera: que iba a estar sola, que no iba a ser problema de nadie. Y es cierto; en las clases mis compañeros tienen sus grupos hechos y no se les ven intenciones de conocer a otras personas. No sólo soy una extranjera con un acento chistoso, soy también mayor que ellos, con estudios diferentes, no tenemos nada en común. Para un trabajo en parejas conseguí a mi compañera cuando ella envió un correo a todas las personas de la clase preguntando quién estaría dispuesto para hacer grupo con ella. Ella hizo su licenciatura aquí pero sus amigos se fueron y ahora no conoce a nadie. Recibí correos de otras personas que no tenían binomio y otros estudiantes envían solicitudes de notas para clases que perdieron a todas las personas del curso. No puedo evitar sentir lástima por el hecho que en una clase de tan pocos estudiantes se tengan que enviar correos para buscar compañero de trabajo o notas, eso deja en evidencia lo solos y desconectados que estamos todos aquí. En la hora del almuerzo generalmente estoy con mis dos amigos arqueólogos cuando ellos están libres, pero los dos pronto se van a ir de la ciudad. Esther regresa a Alemania a finales de febrero, mis otras dos compañeras de apartamento se van definitivamente antes de las vacaciones de Navidad. No puedo evitar angustiarme por el hecho de perder a mis nuevos amigos cuando me doy cuenta que mis habilidades sociales dejan mucho qué desear. Extraño regresar a mi casa y contarle mi día a mis padres que siempre estaban interesados en él. Me hace falta tener cerca a mis eternos e incondicionales amigos, trabajar con Deysi, ir a tomar café los domingos y ver todos los días a mi novio.

En fin, tengo demasiado qué leer y estudiar; debería dejar las reminiscencias para cuando tenga tiempo libre que seguramente pasaré sola.

Finalmente llegó la noche del concierto de Air. Fue en un teatro muy bonito, pequeño y acogedor, pero tal vez un poco serio. Tenía mucha curiosidad de ver cómo sería un concierto de este tipo aquí, si la gente se iba a emocionar o si iba a portarse bien todo el tiempo y estaba por emitir mi observación de cuán cultos son estos franceses, que hacen conciertos para chavos en teatros refinados, cuando veo a una chava que estaba pasando entre las filas vendiendo helados en una canasta y a otras personas se fueron a comprar cervezas. Pero el telonero, un chavo llamado Yan Wagner, no apreció igual ese ambiente y nos dijo que esperaba que estuviéramos bien sentados. El tipo por cierto tocó una música electrónica que estaba bastante decente.

(Estoy empezando a preocuparme porque en el concierto hubo un montón de señores. Esto no es una buena señal.)

El concierto estuvo genial, tocaron varias canciones de su nuevo disco “Love 2” pero sus aclamados clásicos, desde “How does it make you feel”, “People in the city”, “Cherry blossom girl” y por supuesto, “Sexy boy”. Desgraciadamente sólo duró media hora, pero así dejan a la gente con más ganas para otra ocasión. ¡Me encantó!DSC02419DSC02418DSC02420DSC02417Y ahora, Yael Naïm y posiblemente PJ Harvey en febrero? Mucho en qué pensar…

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Para finalizar con mis posts sobre la Rochelle voy a presentar los tres museos que visitamos durante nuestro viaje. Estos tres museos son una muestra más de que no importa qué tan pequeños sean, siempre están bien hechos y se puede aprender muchos de ellos.

El primer museo era el del Faro de las Ballenas, que tenía como propósito explicar un poco de la historia de los faros y de cómo funcionan. La torre que se ve detrás del museo fue el primer faro de la isla de Ré.DSC01965Estaba muy simpático, con videos y afiches presentados por este personaje que contaba las cosas de forma muy divertida. El concepto puede parecer como dirigido a los niños, pero en realidad es muy entretenido para todos. Fue una lástima que no tuvimos mucho tiempo para ver bien las cosas, me gustaría regresar para poder leer y ver todos las presentaciones. DSC01966 DSC01968 DSC01969 DSC01971 DSC01972 DSC01974 DSC01976El segundo museo, también en la isla de Ré, es el museo Ernest Cognacq, un museo que su colección permanente está en un hotel antiguo, pero que sus colecciones temporales están en un anexo moderno, bien bonito. DSC02021 DSC01987En esta ocasión la muestra temporal se llamaba “Le goût des autres” o “El gusto de los otros: una mirada occidental a las sociedades extra-europeas, 1800-1914”. La muestra estaba compuesta por varios objetos adquiridos por coleccionistas en América latina, Asia y África, durante el siglo XIX y que fueron llevados a Europa como objetos exóticos. Se explicaba la proveniencia de los objetos, el lugar y la población a la que pertenecían; también la forma en que se dio la interacción entre los extranjeros y los nativos. DSC02000DSC01994DSC01993DSC02002A lo largo de la exposición habían unos textos especialmente para los niños, con explicaciones sencillas sobre este tema tan complejo y espinoso. Fue muy apropiado también que tenían algunas cosas para que los niños tocaran, como esta caja donde tenían que adivinar el objeto que estaba escondido basado en su textura. DSC02003 DSC01998 DSC02001 DSC01996 DSC02004 DSC02005DSC02006Había una sección especialmente dedicada a la influencia que tuvieron estas culturas “extra-europeas” en los artistas europeos. DSC02007Y otra sobre la influencia que siguen teniendo, pero ahora en el arte contemporáneo. DSC02008 DSC02009La colección permanente del museo está consagrada a las fortificaciones hechas por Vauban en el siglo XVII, con fotos, videos, audio y una cronología de la vida y obra de este arquitecto militar.

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DSC02012 DSC02014 DSC02017 DSC02040 Nuestro último destino fue el Museo de Historia Natural de la Rochelle, que tiene como 4 pisos, pero sólo pudimos conocer la exposición temporal llamada “De la orquídea a la yerba mate: Aimé Bonpland, un naturalista de la Rochelle en las Américas”. DSC02209 Una muestra muy bien hecha sobre este médico y botánico de origen francés que viajó en el siglo XIX a América del Sur para estudiar las plantas de la localidad, causando un impacto tremendo: hay en Argentina, Paraguay y en Venezuela, montañas, pueblos y museos llamados en su honor. DSC02215 DSC02220 DSC02221DSC02223 DSC02224DSC02225