Como ya había tenido la ocasión de explicar antes, Babaoc es una asociación de estudiantes que reúne estudiantes franceses con extranjeros, para que estos últimos tengan la oportunidad de conocer a gente del país y dejen de relacionarse únicamente con sus compatriotas. Anoche organizaron su primera fiesta de bienvenida a los extranjeros y para ellos nos dimos cita en el Café des sports.
La fiesta era de 9 de la noche a las 2 de la mañana, pero como el tranvía deja de pasar a las 12 y 15 decidimos llegar temprano para aprovechar el tiempo. Por supuesto, no había nadie a esa hora, pero nuestra puntualidad tuvo su recompensa y por ser de las primeras 100 personas en llegar nos regalaron a todos un sombrero.
Sombreros extremadamente cotizados entre los presentes. De hecho, con Esther salimos a la calle por unos minutos y un tipejo en bicicleta literalmente le arrebató el sombrero de la cabeza. Para su desgracia se le soltó de las manos y Esther se lo pudo agarrar, fue un momento demasiado irreal. Y luego, cuando había tanta gente que nos levantaron de las mesas para tener espacio para bailar, una persona no identificada se lo quitó y ese no lo pudo recuperar. 
Elsa rechazó la invitación de su colega Jacques para ir a conocer un bar de vinos con los compañeros del master y en lugar de eso decidió acompañarnos. ¡No hay vino capaz de compararse a una buena bailada! 
Dino y Jorge nos acompañaron, pero como buenos chicos no se fueron en el “tranvía de la fiesta” –el primer tranvía que sale a las 5 de la mañana, si no que nos acompañaron en nuestro ceniciento regreso.
En esta foto hace falta Pamela, que estoy segura hubiera disfrutado mucho el ambiente. Estaba tan bueno que ni pude tomar fotos porque la gente estaba alterada que corría el riesgo de verme bañada en cerveza a mitad de precio en cualquier momento. Es por eso que las imágenes son de los momentos previos al relajo.
Tantas botellas son incriminadoras Esther… :P
Jorge desplegando sus técnicas de seducción:
¿Mencioné que las baratas estaban a mitad de precio?
Sombreros extremadamente cotizados entre los presentes. De hecho, con Esther salimos a la calle por unos minutos y un tipejo en bicicleta literalmente le arrebató el sombrero de la cabeza. Para su desgracia se le soltó de las manos y Esther se lo pudo agarrar, fue un momento demasiado irreal. Y luego, cuando había tanta gente que nos levantaron de las mesas para tener espacio para bailar, una persona no identificada se lo quitó y ese no lo pudo recuperar. 
Elsa rechazó la invitación de su colega Jacques para ir a conocer un bar de vinos con los compañeros del master y en lugar de eso decidió acompañarnos. ¡No hay vino capaz de compararse a una buena bailada! 
Dino y Jorge nos acompañaron, pero como buenos chicos no se fueron en el “tranvía de la fiesta” –el primer tranvía que sale a las 5 de la mañana, si no que nos acompañaron en nuestro ceniciento regreso.
En esta foto hace falta Pamela, que estoy segura hubiera disfrutado mucho el ambiente. Estaba tan bueno que ni pude tomar fotos porque la gente estaba alterada que corría el riesgo de verme bañada en cerveza a mitad de precio en cualquier momento. Es por eso que las imágenes son de los momentos previos al relajo.
Tantas botellas son incriminadoras Esther… :P
Jorge desplegando sus técnicas de seducción: ¿Mencioné que las baratas estaban a mitad de precio?
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