04 August 2009

S. & Cía

Soy un imán para el conflicto estos días. Pero analicen esta situación: una becaria de excelencia académica de la universidad me invita a un debate entre los dos candidatos a la presidencia de los principales partidos políticos del país a realizarse dentro de la universidad, ¿acaso no hubieran ido si hubieran estado en mi posición? Era una oferta demasiado tentadora. Así que arrastré a un amigo y nos fuimos a meter al auditorio de la facultad de Ciencias Económicas. El evento fue organizado por los estudiantes becarios de la universidad que bautizaron el foro con el nombre “Juventud fortaleciendo la democracia UNAH-2009”. En la entrada repartieron stickers del candidato por el partido liberal (aquel que ya establecimos previamente que por ley no debería haber sido candidato pues era vice-presidente y renegó de su puesto irrenunciable para lanzarse) y daban un cartón que ni siquiera era calendario, era una lista de razones para votar por él. Cuando nos dan el programa nos damos cuenta del engaño: no van a estar los dos candidatos, sólo va a asistir el mencionado liberal, o sea que está garantizada la demagogia y la propaganda barata.

Y dicho y hecho, empezó uno de los espectáculos rastreros más patéticos de la historia de la universidad. Comenzó hablando la presidenta de la Asociación de Estudiantes Becarios, que le pidió disculpas al candidato por los sucesos ocurridos a su llegada. Fue la primera mala señal. Luego habló una serie de personas con importantes puestos en la Vicerrectoría de Orientación y Asuntos Estudiantiles y en la facultad de Ciencias Económicas y dieron unos discursos zalameros y deprimentes en los que le daban la bienvenida a su alma máter al ingeniero fulano (que en un video publicitario de su vida en ningún momento se dijo que había estudiado en la UNAH) y lo llamaron promesa de la juventud, esperanza para el futuro y otra serie de apelativos que no escondían sus intenciones. Y justo cuando el representante del Foro Nacional de Convergencia comienza a dar un discurso que sí era coherente y que no lo hacía ver con intereses ocultos empezamos a escuchar disturbios afuera. Eran los revoltosos simpatizantes de Mel. Durante todo el evento estuvieron gritando y poniendo a todo volumen las canciones de campaña de su prócer y símbolo revolucionario y como casi todas las paredes del auditorio tienen ventanas de celosía yo ya imaginaba que iba a ser un desastre cuando empezaran a tirar piedras. Nos salvamos: supongo que no quisieron seguir contribuyendo a su reputación.

El discurso del candidato en el que supuestamente iba a presentar su plan de gobierno fue mi primera oportunidad en la vida de ver en acción la maquinaria para convencer a la gente que opera detrás de uno de estos hombres. Desde que llegó, rodeado de un séquito de periodistas y camaradas, empezó a dar la mano al público. Maldije no haber escuchado a mi amigo que quería sentarse atrás, pero me salvé de tener que pasar por su simpatizante. Una de sus asistentes lo seguía a todas partes, entregándole mensajes en post-its, susurrándole cosas en el oído; otra le llevaba vasos con agua; un guardaespaldas estaba en primera fila; habían varios candidatos a diputados por su bancada (y fue muy divertido cuando él mismo no recordó los nombres de todos); había una persona que cada vez que él decía algo se ponía a aplaudir para que el público le siguiera la corriente; en fin, todos estaban en sus puestos y listos para todo. Cuando le tocó su turno el señor se bajó del podio para hablar cerca de nosotros como si estuviera predicando en una iglesia. Y se comportaba como si así fuera, gritando cosas para emocionar a la gente, apelando a preceptos universales, enmarañando propuestas débiles, ilusorias y a veces hasta contradictorias con anécdotas o historias aburridas para hacernos creer que en realidad es muy inteligente y preparado. Después transmitieron un video de un niño de dos años que necesita una operación en los Estados Unidos y pasó gente a recoger dinero para ayudarlo. Y se pasó a la serie de preguntas y respuestas.

Los primeros en preguntar fueron los mismos estudiantes becarios. Uno los reconocía porque el presentador anunciaba sus nombres y eran los únicos bien vestidos de la muchedumbre. Se notaba que sus preguntas estaban ensayadas y eran del tipo: “Si usted llega a ser presidente, ¿adónde va a colocar un nuevo hospital?” “Si usted llega a ser presidente, ¿se compromete a asignarle más fondos a la universidad que sean destinados a los estudiantes con excelencia académica?” Preguntas estándar para un candidato en tiempos normales pero sin ningún criterio para los tiempos en los que vivimos. Lo mejor empezó cuando estudiantes normales empezaron a tomar el micrófono. Una muchacha muy enojada le preguntó si él pensaba que este gobierno está cumpliendo con la Constitución cuando no hay libre circulación, y cuando por Televicentro se recomendó que a los manifestantes que estaban afuera les tiraran agua caliente para dispersarlos. Él respondió evasivamente y ella reiteró su pregunta: “¿Cree usted que se actualmente se está cumpliendo la Constitución? Según ella usted no podía ser candidato.” Y se cumplió mi deseo: sólo quería ver si alguien le recordaba que él no puede apelar a una ley que él mismo se negó a cumplir. Otro muchacho le pidió que de una vez por todas emitiera su opinión con respecto a la crisis y sobre si esto había sido o no un Golpe de Estado. Respondió diciendo que ni él ni nadie tenía que actuar como juez en una situación en la que hay tantos factores a considerar y había que confiar en las instituciones para que se resolviera el conflicto; que él apoyaba incondicionalmente el Acuerdo de San José. Sí dijo que había sido incorrecto sacar a Zelaya del país, pero también agregó que si este realmente quisiera regresar a Honduras hace tiempo lo hubiera hecho. Y por último le preguntaron cuál era su opinión con respecto a los estudiantes de medicina de las universidades privadas que firmaron un acuerdo, declarado ilegal por la Procuraduría General de la República, para que estos hicieran sus prácticas en hospitales del Estado. De nuevo con su “hay que apegarse a las leyes” (que no vale para cuando a él le convenga), y añadiendo que los doctores tienen que ser solidarios con el pueblo y solidarios entre ellos. No permitieron más preguntas y todos salimos disparados: imaginábamos a miles de estudiantes esperándonos con palos allá afuera. Pero para variar eran pocos; pero sólo eran ruidosos, nada más.

Es curioso, pero a mí nadie me gusta: ni el presidente depuesto, ni el nuevo presidente, y mucho menos ninguno de los candidatos a presidente. Todos son sinvergüenzas comprobados, delincuentes de profesión, ¿qué futuro le espera al país con gente así?
p.d. Luego me enteré que los manifestantes tiraron bolsas con agua al candidato cuando este iba saliendo, y que en respuesta sus guardaespaldas los golpearon e incluso dispararon al aire. Para querer parecer alguien diplomático eso fue realmente desastrozo.

4 comments

  1. Que lamentable que aún crean que pueden engañar a los estudiantes universitarios con una par de boquitas y palabrería barata. Te felicito por el post.

    Por cierto te dejo un enlace al vídeo de los guardaespaldas de Elvin pegándole a un estudiante
    http://www.youtube.com/watch?v=M7V220DRyZQ

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  2. Me siento sumamente avergonzado sobre esa dinamica de los becarios... como becario por proyecto de investigacion (aclaro para que luego no se asuman que presumo de algo que no soy) me parece indignante que se haya usado la asociacion de becarios para realizar dicho evento... lastimosamente mi ritmo de trabajo no me permitio asistir a una asamblea planificada tres dias antes de dicho "debate" osea... supuestamente armaron el evento en 3 dias...

    lo unico que da alegria es darme cuenta que adentro si habian personas pensantes, que no se venden a mejor postor...

    saludos marce

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  3. Entiendo completamente cómo te sentís, en realidad estamos viviendo en un momento en el que no se puede acudir a nadie y realmente la ley la han mancillado todos...

    La pregunta acá es: ¿Qué diablos hacemos? ¿Vos tenés alguna idea? Yo estos días estoy tan apachurrada por esto que realmente no sé qué curso de acción tomar y me molesta mucho hallarme en esta situación cuando realmente es el momento de actuar.

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  4. Comparto tu desánimo, en mi caso agravado por un exceso de tiempo en mis manos. Cosas que antes me emocionaban tanto, como el voluntariado, ahora se han empañado porque hay un número de artistas que son melistas y de los que hacen bombas molotov donde nosotros recibimos nuestros talleres. Me debato diariamente entre la indignación y la cólera en vista de todos los acontecimientos violentos de estos días y me cae aún peor que traten de justificarlos, excusarlos, promoverlos o culparlos a "infiltrados".

    Quisiera decir que lo mejor es seguir con nuestras vidas como si nada, pero hay muchas cosas y proyectos que se han visto truncados con todos estos desastres. Entonces no queda de otra que buscar por otros lados; quiero creer, como dice un amigo, que las oportunidades se disfrazan de crisis.

    Hablando de lo del voluntariado espero que hayás podido enviar tu curriculum para que te vea allá. Muchos saludos!

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