Mi abuela murió este domingo en la mañana y quisiera escribir un poco sobre ella para despedirme.

Con mis abuelos paternos siempre fuimos muy unidos, tan unidos que mi hermano y yo los consideramos los únicos abuelos que teníamos, porque a pesar que los padres de mi mamá siguen con vida no se merecen el título de abuelos si los comparamos con esos dos seres extraordinarios que nos recibían en su casa de Juticalpa cada vez que una vacación se asomaba en el calendario. En mi infancia Olancho fue el lugar donde tenía todo lo que por alguna razón no se conjugaba en mi casa. Tenía muchas vecinas con quien jugar, había cable y podía quedarme viendo televisión hasta muy tarde en la madrugada, la casa estaba atiborrada de libros y revistas antiguas y la comida era toda rebuscada y exquisita. Uno de mis mejores recuerdos es de unas vacaciones que pasé casi completa con mis abuelos, y que coincidió con la cosecha del maíz. Pasaba jugando o leyendo todo el día, y las noches que no me quedaba viendo novelas con mi abuela salía con mi abuelo a saludar a la gente que pasaba por la calle (porque los conocía a todos) o jugaba con mis vecinas. Fueron dos meses ininterrumpidos de puros tamales, atol, mazorcas y cualquier cosa que pudiera hacerse con maíz. Regresé a Tegucigalpa toda apesarada por no poder quedarme y que esa no fuera mi vida todo el tiempo.

Mi abuela fue mi primer guía espiritual. En mi casa la política era de que cada quién decidía a qué religión pertenecer y por eso cuando me moría por las ganas de bautizarme y hacer mi primera comunión acudí a mi abuela para que me enseñara todo lo que había que saber. Desde pequeña fui a misa con ella los domingos a las 6 de la mañana a la catedral. Me regaló mis primeros libros de oración, y junto con mi abuelo me regalaron mi primera biblia. Cuando muchos años después dejé de ser creyente ella no se sintió mal ni cambió nuestra relación a causa de eso: mi abuelo tampoco era religioso así que para ella era natural que las personas tuvieran otras formas de pensar diferentes a la suya. Es probablemente la única católica que yo conozca que cumplió a la perfección con lo que significa ser un cristiano, en todos sus sacramentos y mandatos, especialmente en lo que se refiere a no juzgar a los demás (que no puedo decir de ninguno de los cristianos con los que alguna vez me he rodeado). Pertenecía a la orden de los franciscanos y todos los miércoles en la noche iba a sus reuniones.
Cocinaba tan bien. Desde platos todos ceremoniosos y complicados como tapado, hasta un simple sándwich de mortadela y mostaza, no había nada más rico que lo que ella hiciera. No siempre estaba de acuerdo con sus elecciones, porque no hay forma humana en que yo coma mondongo de Olancho, o hígado, pero ella siempre asaba carne aparte sólo para mí.

Era la primera persona en felicitarme en mis cumpleaños porque llamaba a las 6 de la mañana, cuando sabía que me estaba preparando para ir a clases.

Cuando yo le presentaba a un amigo o a un novio siempre me preguntaba por ellos, aunque tuviera muchos meses de no verlos. Yo llegaba a su casa a contarle todo lo que había sido de mi vida desde la última vez que la había visto, y hablábamos de todo, incluso de cosas que no podía discutir con mis padres. Ella se sabía la historia completa de cada uno de los miembros de su familia, y me encantaba escucharla porque yo tenía metido en la cabeza que saber todo eso me haría comprender mis raíces y las extrañas relaciones entre mis tíos y mis papás. Recordaba con mucho cariño y orgullo a mi abuelo y siempre me contaba de todas las aventuras que habían tenido cuando eran jóvenes.

Voy a extrañarla mucho.
Hoy fue el cumpleaños de Deysi y para celebrar llegamos a Applebee’s a cenar Moisés, Herminio, Yanis y Scarlett. Mafer también tenía un compromiso previo allí por lo que llegaba por ratitos a acompañarnos. Todo estuvo muy bueno: los aleros cooperamos entre todos para regalar una cartera que compramos en una tienda súper fancy, en la que la muchacha nos dio un descuento mayor al que ya tenían los productos (quién iba a creer que en los malls se puede regatear). La comida estuvo riquísima, la plática aún mejor, y después de la cena llegaron los meseros del restaurante a cantarle a Deysi y le regalaron un gran trozo de cheesecake. Como todos estamos muertos del cansancio como a las 9 y media estábamos listos para volver a la casa y pedimos la cuenta. En el momento de sacar nuestro dinero Scarlett se da cuenta que su cartera desapareció. Empezamos a recordar toda la noche y el único momento en el que ella se levantó de su silla fue para ir al baño, pero no llevó su cartera en esa ocasión, incluso sacó cosas de ella al regresar. Lo único inusual fue que la puso en el respaldar de la silla, pero estuvimos juntos los 6 toda la noche, y nadie recuerda haber visto gente sospechosa que se acercara a nosotros. Avisamos a la gente del lugar y al parecer habían dos tipas acompañadas de un muchacho que entraron al restaurante, buscaron a personas que supuestamente las esperaban, pero después se fueron diciendo que se habían equivocado de lugar. Llamamos al celular de Scarlett y un hombre nos respondió, primero diciendo que le habían regalado el teléfono unos niños; la siguiente vez nos dijo que lo había encontrado en un baño, y cuando le pedimos que devolviera la cartera respondió que sólo tenía documentos (cuando en realidad sí tenía dinero adentro), que qué podría ganar él. Afortunadamente no habían tarjetas ni de débito ni de crédito, ni los papeles del carro, aunque sí las llaves.

Qué forma tan triste de terminar una buena noche, estamos tan apesarados. Impactados también: ¿cómo es posible que hayan podido robarse esa cartera frente a nuestras narices y no nos diéramos cuenta? Y no es que alguien sí merezca que le pase algo semejante, pero Scarlett es de las personas más dulces que he conocido, no entiendo por qué pasó esto.
Probablemente todo mundo en los periódicos lea sobre las huelgas de los maestros y los feriados de octubre, pero yo tengo muchos días de no tener un tan sólo minuto libre, y no recuerdo el último fin de semana que pude dormir en paz por más de 6 horas y no tener que levantarme a las 7 para empezar a trabajar a las 8. Es cansado y me arrastro todos los días con aspecto de muerto viviente a todos los lugares adonde tenemos que buscar información, medir edificios y entrevistar a personas. Sin embargo, es muy satisfactorio. La clase del Seminario de Investigación, en la que investigamos un tema y redactamos una tesis sobre ella, comenzó siendo sobre el tema de la vulnerabilidad en Tegucigalpa, lo que probablemente hubiera sido ideal en estos tiempos de lluvias y derrumbes, pero por órdenes de las autoridades de la escuela, terminó enfocándose en el reglamento de construcción actual, vigente desde abril de este año y que se piensa reemplazar con otro que se encuentra en proceso de elaboración. Cada grupo iba a enfocarse en un aspecto que no se estuviera respetando (casi todos) y que pudiera ser verificable en el campo. Con mis amigas decidimos tratar el tema de la accesibilidad o diseño universal a favor de las personas con discapacidad.


El reglamento tiene algunos artículos en los que se exige a los edificios de uso público unas cuantas pautas que eliminen barreras arquitectónicas, pero esas normas no se habían verificado seriamente a la hora de tramitar un permiso de construcción hasta que entró en vigencia el reglamento temporal. Hemos recopilado mucha información y hemos ido a un montón de lugares a investigar sobre la legislación existente y sobre normas de accesibilidad. Desde el año 2005 existe en Honduras la Ley de Equidad y Desarrollo Integral para las personas con discapacidad, en la que se estipulan los derechos que tiene este sector de la población, que según datos del 2002 del Instituto Nacional de la Estadística INE son apenas el 2.7% de los hondureños aunque según la Organización Panamericana de la Salud son el 10% (esta discrepancia tan grande se explica con el hecho que el INE tomó una muestra probablemente no representativa de la población hondureña, y también por su definición de discapacidad en las que se excluyen a todas las personas con problemas de salud, físicos o mentales con duración menor a 6 meses). Esta ley establece igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad (término que reemplaza la palabra “minusválidos” o incluso “discapacitados”) de acceder a la educación, salud, trabajo y dictamina que la ciudad y las edificaciones deben ser amigables y accesibles para personas con cualquier problema de movilidad o sensorial. A partir de que entró en vigencia la ley todos los edificios que ofrecieran servicios al público debían adecuarse para cumplir normas de accesibilidad (rampas bien construidas, ascensores, baños con el tamaño adecuado, etc) y tenían un plazo de tres años (que se vencen en diciembre de este año) para lograrlo, sin embargo, no existe un reglamento que sea el instrumento para evaluar esos criterios y no hay entes que sancionen su no aplicación. Se creó la Dirección General de Desarrollo para las personas con discapacidad, que sería la encargada de todo eso, pero empezó a funcionar hasta junio de este año y todavía trabaja en la elaboración del reglamento.

Nuestras visitas, todavía inconclusas, han sido al ministerio del Trabajo, donde supimos sobre la obligación de las empresas de contratar, según su número de empleados, a determinado porcentaje de personas con discapacidad; fuimos al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, donde por pura casualidad descubrimos que la hija de una señora que trabaja allí se graduó el año pasado de nuestra facultad y había realizado un estudio de accesibilidad de la universidad; fuimos a Metroplan donde nos dijeron que en cuanto salga el reglamento de accesibilidad será verificado en los nuevos proyectos de edificación y fuimos al Congreso Nacional, donde hay una diputada no vidente que se ha encargado de concientizar a diversos sectores sobre la problemática que enfrentan estas personas. Hace unos años invitó al arquitecto peruano Jaime Huerta Peralta -que después de un accidente automovilístico en el que perdió a su esposa e hijos y quedó paralítico lo que lo impulsó a dedicarse a la elaboración de manuales de accesibilidad y a fomentar su aplicación-, a que diera una charla en el Colegio de Arquitectos de Honduras. (A este evento llegaron solamente dos de los cinco estudiantes de la facultad que habían sido invitados.) Tuvimos la oportunidad de ir a las instalaciones del programa de Servicios para Estudiantes con Discapacidad SED de nuestra universidad, que se encarga de brindar apoyo a sus miembros. Este programa tiene propósitos puramente académicos, no cobra por sus servicios pero tampoco extiende ayudas financieras. Sus funciones varían desde matricular a sus alumnos el primer día que empiezan las inscripciones, organizando sus horarios para que sus clases sean corridas, en edificios cercanos y en la medida de lo posible en los primeros niveles de los mismos, ya que ningún edificio de la universidad tiene ascensores. Ofrecen tutorías y reforzamientos para el examen de admisión y para distintas clases, tienen voluntarios que trabajan como intérpretes de lenguaje de señas y que acompañan a clases a estudiantes que lo requieran, se encargan de grabar en cassettes libros para alumnos no videntes, asisten como transcriptores a exámenes, han logrado la construcción de varias rampas en la universidad e incluso han conseguido procesadores de palabras para que alumnos naveguen en internet sin necesidad de ver la pantalla de la computadora. Su objetivo es brindar ayuda, pero fomentar que el estudiante sea independiente. Quedé absolutamente impresionada por su trabajo, especialmente porque hace unos días leí que el 53% de las personas con discapacidad no han recibido ningún tipo de educación, y de las que sí lo hacen sólo el 1% de ellas se gradúa de la universidad.

En la edición de la Ley de Equidad que nos regalaron en el Comisionado de Derechos Humanos intercalan los artículos con testimonios de muchas personas que cuentan sobre los obstáculos con los que se enfrentan todos los días, para conseguir trabajo, para recibir asistencia médica, para educarse, y peor aún, para circular en las calles o moverse dentro de un edificio. Estos días han sido exhaustivos pero siento que estamos haciendo un trabajo importante, que todo esto vale la pena. Espero que cualquier cosa a la que me dedique después de estudiar me haga sentir tan bien y tenga tantas repercusiones sobre el entorno en el que vivimos.


Dejo la versión digital del libro “Discapacidad y diseño accesible”, del arquitecto Huerta Peralta.


Esta tarde mientras con mi grupo de una clase revisábamos con una arquitecta el trabajo que habíamos llevado, se acercó otra maestra, pidiéndonos que firmáramos una petición.

El presidente de nuestro país va a asistir a la XVIII Cumbre Interamericana de Jefes de Estado y ciertos miembros de la sociedad civil (junto con la Iglesia Católica) están en contra de que firme un acuerdo que se tiene programado en esa cumbre, debido a ciertas cláusulas que este contiene. Según la petición que nos mostraron, el acuerdo “impulsa la salud sexual reproductiva y la ideología de género”, y provee a los jóvenes con “acceso a servicios y al uso de métodos anticonceptivos, a servicios de salud, como el uso de clínicas móviles, centros de salud asociados a las escuelas, farmacias entre otros, cuidados confidenciales, libres de discriminación, de juicios negativos y de desaprobación y empoderamiento de las mujeres adolescentes”. La carta habla sobre el “ejemplo de Uganda”, donde supuestamente se ha reducido el contagio del SIDA por medio de programas de abstinencia; acusa a las grandes empresas farmacéuticas y a los que viven de la industria del aborto y las esterilizaciones de estar en contra de esos programas, e incluso ataca a los grupos pro aborto y afirma que el aborto legal no es seguro y que su legalización incitaría a la promiscuidad. Como alternativa, la carta propone “una verdadera educación en la afectividad y la sexualidad, promoviendo el autodominio y educando su voluntad”.

Mientras mi maestra y mis compañeras firmaban y se discutían las razones por las que las mujeres deciden tener relaciones pre maritales, hacer uso de métodos anticonceptivos e incluso llegar a practicar un aborto, yo me debatía sobre qué sería lo políticamente correcto en esa situación. No podría dormir por las noches sabiendo que firmé esa carta. Está en contra de todo lo que creo, de todo lo que he llegado a aprender, tanto por ejemplos de familiares, amigos, conocidos, por lo que he leído, por lo que he visto en la vida. Preferiría haber filmado el anuncio del político horroroso por 500 lempiras y dejar que todos vieran mi cara mientras me vendía hipócritamente, que poner mi nombre en ese papel. Tampoco iba a intervenir en la conversación: no me imagino la cara de espanto que pondrían mis maestras cuando supieran que yo estoy a favor del uso de los anticonceptivos, apoyo la legalización del aborto y estoy de acuerdo con la educación sexual que no se limite a la abstinencia. Se nos dijo que esta carta era de parte de la “sociedad civil”, pero comprobé con el periódico que la iglesia católica estaba detrás de esto, lo que no es de sorprenderse.

No puedo firmar por muchas razones. En primer lugar siento que como seres humanos debemos tener el derecho y la opción de elegir, y no ser juzgados al respecto. Pero para poder elegir necesito conocer todos los hechos, conocer todas las implicaciones y consecuencias de mis actos, pero también tener la oportunidad de corregirlos y no ser castigada por ellos. Cuando proponen programas de abstinencia en lugar de educación sexual no se me está dando la oportunidad de elegir: se me está influyendo a que tome una decisión basada en criterios religiosos -que si no comparto la religión no son válidos-, o basada en criterios ajenos que no tuve la oportunidad de evaluar por mí misma. No hay ninguna decisión que tomada en la ignorancia produzca resultados positivos. Este tipo de temas cobran mayor magnitud y se vuelven más poderosos cuando no se discute sobre ellos, cuando se pretende ocultar la realidad y pretender que el “autodominio” haga milagros. Siempre he creído que gran parte de nuestra situación como país tercermundista se debe a la profunda influencia que tienen estos sistemas religiosos en nuestra población. Su doctrina de no educar a la gente, donde la mayoría son personas pobres que no reciben otra guía que la que encuentran en la iglesia, resulta en familias numerosas, sin posibilidad de mantenerse, sin lugar dónde vivir o viviendo en hacinamiento y condiciones infrahumanas. El caso de Roe vs. Wade en los Estados Unidos y su consecuente legalización del aborto en ciertos estados resultó en un descenso significativo de la criminalidad en los lugares donde se aprobó, ¿con qué criterio vamos a darnos el lujo en este país de no legalizarlo? ¿Por cuestiones religiosas? Las mujeres jóvenes que quedan embarazadas tienen muy pocas probabilidades de continuar con su educación, y las familias más pobres tienen como jefas a madres solteras, que a su vez tienen hijas con mayores posibilidades de ser madres solteras y pobres también, ¿con qué derecho se le puede negar a una mujer a que esté informada y que tenga acceso a métodos anticonceptivos? No sé en qué pedestal creen que están estas sociedades civiles como para que ellos sean los únicos con derecho a educación, con derecho a anticonceptivos y con derecho a tener sexo, como para prohibírselo a todos los demás.

Por suerte la discusión fue tan intensa entre las maestras que no se dieron cuenta que no firmé. Si lo hubieran notado y me hubieran preguntado sobre mis razones para no hacerlo lo más seguro es que me habría ido por la tangente, pidiendo tiempo para leer bien la carta y firmarla hasta que estuviera “bien informada”. Sin embargo yo estoy informada, yo he tenido esa oportunidad, y no considero justo que otros no la tengan.
Como hoy no sé de qué escribir, dejo unas fotos del café de hoy.







Últimamente se me ha metido a la cabeza que todo lo que sucede en mi vida es mi responsabilidad. Probablemente suene a que inventé el agua caliente, pero si alguien diera un vistazo dentro de mi cabeza se daría cuenta que en realidad ese es un concepto innovador en mi universo. Es un avance significativo con respecto al eslogan anterior: “todo es mi culpa”. Sin embargo la responsabilidad, como cualquier concepto de moda que se avecina en el horizonte, es internalizado por el mejor, y en realidad único, medio que conozco: la obsesión.

Me imagino que este tipo de responsabilidad ha de ser muy parecida a lo sienten los padres con respecto a sus hijos. Como yo no tengo hijos lo más cercano que puedo experimentar es el afecto y el cuidado que uno provee a sus amigos. Cuando a tus amigos les está yendo bien todo está en orden, en paz, te alegras por su éxito y sientes que un pedacito tuyo se encuentra en el lugar del mundo en el que estén. Pero si les va mal te sientes con el deber de intervenir, y si no es posible tan siquiera de opinar. Es como si quedarse callado y asentir a todo lo que digan es estar de acuerdo, ser permisivos con lo que hacen y no puedes tolerarlo. Por ejemplo, tengo un amigo, al que quiero con toda mi alma, que no le veo intenciones de encaminarse académicamente. Nunca quiere discutir al respecto y por más que uno le pregunte, le haga propuestas, le plantee soluciones, le ofrezca ayuda o simplemente quiera escuchar, siempre termina diciendo que todo es una causa perdida y que no hay nada que hacer. En las últimas semanas hasta ha encontrado un trabajo temporal siendo asistente de otros amigos suyos, ellos ya graduados y dueños de su propia empresa en una rama completamente distinta a la que él está estudiando. Quiero pensar que va a clases porque cuando le pregunto me dice que sí, pero me cuesta creerle. Me da tanta cólera porque no veo que este sea el tipo de trabajo que le dé la perspectiva para querer emprender otra carrera, es simplemente para pasar el tiempo y no estar en su casa. Tiene tanto potencial que siento que está perdiendo su tiempo en cosas que no valen la pena, pero él no parece pensar lo mismo; no actuaría de esa manera si fuera así. Me siento tan frustrada al no decirle nada, o peor, con mis indirectas que probablemente no quiera escuchar y lo terminen alejando, aunque no son con mala intención. Probablemente mi amigo termine siendo de esos genios que no necesitaron ir a la universidad para tener una vida genial y exitosa, pero quisiera algún tipo de confirmación que lo que está haciendo tiene un propósito superior. Tal vez es que mi esquema mental sea muy cerrado, o sencillamente en este país los que no estudian están condenados a servir hamburguesas en restaurantes de comida rápida y no me gustaría que terminara haciendo eso. Si me siento tan inútil viendo a un amigo en esa situación, no me quiero imaginar cómo sería yo con un hijo que le dé por ser libertino a ese nivel. Soy tan feliz por no tener a nadie a quien cuidar, de quien hacerme cargo o de quien tener que decir “yo lo crié, yo respondo por él, es mi responsabilidad, es mi culpa”.

Después está el asunto de la responsabilidad hacia mi país. Por muchos años he querido sacudirme el peso de pertenecer a este pedazo de tierra, con su idiosincrasia, sus dirigentes, sus pobladores, porque todos son mediocres, decepcionantes, una gran inutilidad tras otra. Me he querido largar, he negado mis raíces, me he desinteresado de todo lo que sucede a mi alrededor porque no sentía que pudiera hacer nada al respecto y porque todo esto que está sucediendo es el resultado de un montón de personas que han perjudicado al país por su propio beneficio. Pero este semestre tengo a dos maestros que exigen para sus clases que me mantenga informada de la situación nacional, que desarrolle un criterio y son intolerantes ante la cómoda indiferencia a la que me había acostumbrado. Pero es imposible que yo lea un periódico y no me sienta personalmente indignada por las cosas que pasan, que no piense que me están haciendo a mí todas las cosas que le hacen a este país. Con respecto a todo el asunto de Medicina, paso tan enojada con el miserable cardenal ese, abusivo, entrometido, interesado; si tuviera el tiempo iría a las marchas de los estudiantes, haría pancartas, me plantaría frente al Ministerio a protestar con un altavoz. Tengo días de estar pidiéndole a mi hermano una de esas camisetas de “yo amo a Medicina de la UNAH”, mientras que él que sí se ve afectado directamente por todo el asunto duerme todo el tiempo, va a reuniones cuando le pega la gana y asiste a las marchas si no interrumpen su ciclo natural de sueño, que es durante el día. Ahora con lo de las huelgas de los maestros en la universidad un montón de ignorantes en la página de El Heraldo están molestos con ellos, llamándoles mediocres y haraganes, criticando que son iguales que los doctores que sólo quieren feriados. Uno de ellos hasta dijo que esperaba que algún día se arrepientan por poner intereses económicos particulares sobre los de la población general. Mis denuncias se habían limitado al periódico directamente, en correos en donde los he llamado periodistas parciales y vendidos (con otras palabras por supuesto), pero jamás había comentado en contra del público y mucho menos en la página. Pero me descubrí furiosa con esos tipos y terminé escribiéndoles que quisiera saber si a la gente que se queja de la huelga de los maestros le gustaría quedarse sin el dinero de su jubilación. Les dije que todo trabajo es por intereses económicos particulares: mantenerse uno mismo y mantener a su familia. Nadie trabaja gratis. Y que estaba segura que ninguno de los que comentó allí lo hace.

Así que creo que me estoy excediendo con esto. Siento que hago lo mejor que puedo pero que no es suficiente. El minuto en el que reflexiono que este es el país, el mundo que le voy a heredar a mis hijos me siento tan minúscula, tan insignificante por no poder lograr un cambio, por permitir que tanta gente dañina se salga con la suya. Yo soy responsable, pero mi responsabilidad es infructuosa, no sirve para otra cosa que para darme un ardor en el estómago por la cólera.
El día de ayer se apartó especialmente para celebrar, nada de trabajo. Irónicamente me tuve que levantar temprano de todas formas porque tenía que preparar la casa. Inflé globos como si no hubiera mañana, gracias a la bomba para bombas que conseguí prestada (en mi infancia no habían de esas...).
Le fuimos a dejar al cumpleañero sus regalos. Por despistada olvidé la foto, pero hubieran visto su cara cuando recibió una caja de compresor de aire.

Las letras fueron un regalo de Scarlett:
Llevamos a Olivia al técnico (no está mala, sólo polvosa!!), y desayunamos un Cinnabon. Compramos las cosas faltantes para la carneada en mi casa y mientras Deysi y Moisés recogían a Herminio, Yanis encendía el fuego.
Para la ocasión, mi madre compró una provisión de miles de libras de carne para asar Mogami, distribuida por cierto político sanpedrano.

La carne ya viene lista para echarse en el fuego, porque ya viene condimentada y cortada. Tiene un color sospechosamente rojo también...

Sólo Scarlett y Luis llegaron a tiempo, los demás tuvieron que comer frío -.-

Deysi regaló un pastel y las candelas


Después de la comida nos fuimos a casa de Yanis a ver una película. Como en nuestro horroroso cable, perteneciente al mismo político distribuidor de carne, son liberales nos tenemos que aguantar sus anuncios políticos.
La cena fue en el Hotel Intercontinental (nos hemos puesto fresas los aleros!). Allí le dieron a Yanis el regalo comunitario: un tanque y un barco armables.


El sushi!!! Estaba bien rico... y mucho más barato que en el Sushi bar :P
Fue un buen día ;)
Este es uno de esos días que parece salido de un episodio de “Pushing daisies”, en el que hubiera sido mejor quedarse en cama todo el tiempo y no salir de la casa. De por sí empezó mal por mi tendencia perezosa a nunca tener cargado el celular. Teníamos planes de reunirnos con Deysi en casa de Scarlett a las 8 de la mañana pero como mi teléfono estaba muerto no recibí el mensaje en el que Scarlett nos pedía que llegáramos media hora más tarde. Aparecí irritantemente puntual y nuestra pobre anfitriona corría por toda la casa tratando de arreglarse, mientras yo leía el periódico y Deysi, que sí estaba advertida, todavía no daba señales de vida. Hubo necesidad de cafeína para levantarse. Casi una hora después estábamos listas para empezar. Como el día anterior había sido dedicado al Seminario, hoy nos tocaba Diseño todo el día. Voy a explicar el proyecto: la facultad de Medicina son tres edificios pegaditos entre ellos, repletos de oficinas y de cosas que necesitan ser reubicadas, y dónde los únicos espacios disponibles son 10 metros cuadrados donde por arte de magia debe caber una nueva cafetería, una biblioteca ultra moderna y un nuevo espacio administrativo digno de llamarse así. Nuestra primera revisión, este miércoles, es sobre la reubicación de las áreas existentes, para que después nos concentremos en lo nuevo. Mañana no se puede trabajar porque hemos destinado a celebrar el cumpleaños de Yanis, y el martes supuestamente lo íbamos a dedicar a otras clases. Postergamos Diseño en la medida de lo posible porque es lo que luce menos prometedor en estos momentos, es la etapa sombría en la que no se sabe por dónde empezar. Después de mucho deliberar decidimos que Deysi y Scarlett iban a readecuar los edificios para ser impresos en hoja carta, mientras yo dibujaba unos cuadritos que iban a simbolizar los lugares que tenemos que mover. Pero la laptop de Scarlett no tiene Autocad. Deja grabándose la carpeta del programa en su versión 2009 de su computadora principal a la memoria para poder instalarlo. Pasaron 45 minutos y no había terminado la transferencia de archivos. Al revisar se da cuenta que la carpeta tiene 1.40 gigas y la memoria sólo tiene espacio para uno. Encuentra un dvd y quema el programa. Después de un rato de empezar a instalarlo le aparece un error, frecuente cuando uno intenta instalar cosas directamente de los cds. Hay que copiarlo en la computadora y volverlo a intentar desde allí. Mil horas después funciona.

Se me ocurre la genial idea de instalarlo a mí también, porque mi versión es la 2008 y en la nueva la interfase es toda elegante, y yo soy una snob que no puede tener un maldito programa en versión vieja. Desinstalo el 2008. Copio a mi escritorio el 2009. Media hora. Instalo el programa. Media hora. Saco el cd y reinicio la compu. El cd rom no quiere volver a abrirse. Como esto ya me ha sucedido en ocasiones anteriores, estoy familiarizada con el procedimiento para que se repare: reiniciar. No funciona. Trataré esta vez apagándola del todo y volviéndola a encender. Tampoco. Me empiezo a inquietar pero alguien me dice que el pequeño agujero del cd rom es para meter un clip y que se abra, en caso de emergencia. Se abre y meto un cd, pero no me reconoce el cd. Pánico total. Después de miles de reiniciadas llamo a Herminio, que me guía para reinstalar el driver del cd rom, pero no sirve. Uso el troubleshooter, la enciendo a prueba de fallos, busco soluciones en internet y todas me dicen que contacte al equipo técnico de Dell.

Simultáneamente, la impresora de Scarlett se rehúsa a ser instalada en su computadora o en la de Deysi. No sabemos si es incompatibilidad con el Vista, o porque la instalación es un rito incomprensible que escapa a nuestra comprensión. Una vez que se termina el proceso tratan de imprimir algo pero es imposible: la gama de mensajes de error que existen en el lenguaje informático son más de los que podemos manejar. Es hora de almuerzo y no hemos hecho nada. Nada realmente importante en todo caso. La pobre Deysi es la única que ha reunido fuerzas para terminar los cuadritos que yo había empezado, pero sin la impresora no son de mucha utilidad. Nos empezamos a mentalizar que va a ser necesario el martes para compensar por el tiempo perdido de hoy. No me atrevo a decirles que yo había reservado ese día para trabajar en Teoría: ¿alguien ha leído a Hegel? Ese bastardo es tan complejo que tuve que comprarme su versión “Para principiantes”, con cómics y todo para tratar de entender lo que quiere decir. Además tengo como 20 ensayos y 20 presentaciones en digital, de ex alumnos, que tengo que revisar para preparar las exposiciones de la segunda parte de la clase, que trata sobre los movimientos de vanguardia. El miércoles tengo que reunirme con la maestra para darle mis impresiones de todos esos trabajos, si me reúno para Diseño no sé como voy a hacer. Pero si Olivia se rehúsa a leer cds tampoco voy a poder hacer bien las cosas. E ir mañana a la distribuidora oficial de Dell, donde infestaron la compu de páginas porno de Youtube cuando la llevé para ser formateada… cuánto costará un cd rom nuevo… cuánto tiempo se tardarán en devolvérmela… y tener que interrumpir planes hechos con anticipación porque este aparato es tan oportuno para deshacerse en mil pedazos. No quiero ni pensar en Diseño en estos momentos.

Pero esta es la parte mágico-realista de la narración. Scarlett tiene una tortuga de nombre Rosita, que todo mundo llama Margarita. Es una tortuga grande, que tiene la costumbre de andar deambulando por todo el patio persiguiendo el sol. Es muy amigable y no tiene miedo a las personas, de hecho cuando trabajamos ella camina por debajo de nuestra mesa como si fuera un perrito. Desde que empezamos a llegar a trabajar a su casa ha agarrado una extraña costumbre de meterse debajo de una alfombra y de una toalla, como para acobijarse, y recorre todo el garaje con esas cosas en la espalda, como una versión miniatura y aplastada de un fantasma infantil. Hoy se metió debajo de la toalla y exhausta por el ejercicio se quedó dormida por unas cuantas horas. Al ratito sale como si nada, y yo empiezo a sentir un olor extraño proveniente de la toalla que abandonó. Scarlett la levanta y lo que encuentra debajo es un huevo, pero no cualquier huevo, es un huevo doble, siamés, unido por la punta, color rosado, un poco grande como para haber salido de Margarita sin ningún dolor. Aclaro que Margarita no tiene contraparte macho en la casa y nunca antes le había sucedido algo así. Este es definitivamente un día extraño.

Herminio llega a visitarnos y confirma en persona las malas noticias: hay que ir a reparar a Olivia. Así que mañana postearé las fotos del día desde alguna computadora extraviada que quiera hacerme compañía.
Publico el trabajo que nos dejaron en Organización de Obras III sobre la crisis en Estados Unidos para tratar de entender mejor este relajo y recibir críticas y comentarios sobre su comprensión (si estudiaste Economía siéntete especialmente aludido).
1) Introducción
El siguiente trabajo pretende explicar en términos sencillos la compleja situación que atraviesa los Estados Unidos actualmente y que ha desembocado en una serie crisis financiera que amenaza con propagarse en Europa y, desgraciadamente, en América Latina. La principal bibliografía para esta investigación es una recopilación de artículos publicados en periódicos hondureños e internacionales ya que al tratarse de eventos recientes son la mejor fuente para seguir de cerca los cambios repentinos del panorama.

Como futuros profesionales de Arquitectura es de suma importancia que estemos enterados del acontecer económico, tanto nacional como mundial, porque nuestro trabajo está relacionado directamente con la situación financiera global. Es el conocimiento sobre estos sucesos a gran escala el que puede darnos un criterio adecuado para tomar decisiones personales.

2) Causas de la crisis
Luego de la gran crisis financiera de 1929 con el fin de proteger a los ahorradores en Estados Unidos se separan los bancos en dos tipos: por un lado los bancos comerciales son los que atienden a personas, familias y empresas captando su dinero y prestándolo a otros usuarios con una tasa de interés; y por otra parte están los bancos de inversión que no se interesan en los ahorros a menor escala del público, se encargan de financiar empresas, gobiernos, municipalidades, entre otros. Otra de sus funciones es trabajar como intermediarios y consejeros financieros al colocar valores emitidos por otros en bolsas de valores o instituciones especializadas.

El sistema de la Reserva Federal es el sistema bancario central de los Estados Unidos. Consiste en un consorcio compuesto por una Junta de Gobernadores, el Comité Federal de Mercado Abierto, 12 bancos regionales de la Reserva Federal y por bancos privados miembros. Sus principales responsabilidades incluyen conducir la política monetaria al influenciar las condiciones crediticias de la economía buscando el nivel máximo de empleo, precios estables y tasas de interés moderadas a largo plazo; supervisar y regular las instituciones bancarias para proteger el sistema financiero del país, mantener su estabilidad y contener los riesgos que puedan surgir; de igual manera provee de servicios financieros a las instituciones de depósito, al gobierno y a instituciones oficiales extranjeras. Sin embargo, en los últimos 15 años los Estados Unidos han tenido una desregulación financiera producto de las políticas implementadas por la Reserva Federal, o de forma más específica, por su presidente de 1987 hasta el 2006, el economista Alan Greenspan.

Se concedieron nuevas libertades que han permitido a los bancos de inversión que participen en otro tipo de negocios, como la compra y venta de hipotecas y especulación de hipotecas generadas por el mercado inmobiliario. Esto desembocó en un alza a los precios de ese tipo de bienes pero también en un aumento a los préstamos para que la gente los adquiriera. Estos préstamos constituyeron un alto riesgo para las empresas bancarias debido a que los acreedores no fueron investigados y supervisados adecuadamente. A esto se le llama la crisis de los créditos subprime. Estos créditos, concedidos a particulares o a empresas, tienen un alto nivel de riesgo con respecto a otro tipo de créditos. Son de carácter hipotecario, con un interés de 1.5 a 7 puntos más alto con respecto a los otros intereses y las empresas bancarias pueden negociar con otras empresas para obtener a cambio de ellas el pago de un interés menor. Cuando se efectúa la cesión el banco garantiza el cobro del crédito de manera rápida. El problema surgió en el momento en que los usuarios tuvieron dificultades para hacer sus pagos y los inmuebles hipotecados fueron rematados lo que provocó una baja en sus precios. Desgraciadamente el alto número de usuarios con problemas llevó a una reacción en cadena ya que varias compañías, no sólo financieras y no sólo estadounidenses, habían adquirido estos créditos por lo que fue necesario que muchos bancos y empresas se fusionaran, fueran puestas en venta o se declararan en bancarrota si no podían controlar sus pérdidas.

3) Intervención del Estado
Irónicamente, el mismo gobierno que quitó las medidas regulatorias a las instituciones financieras, impulsado por las teorías económicas de Milton Friedman que abogaba por el libre mercado, ha tenido que intervenir para frenar la ola de quiebra de bancos y tratar de restaurar la calma en el público en general. El 7 de septiembre de 2008 comenzó asumiendo el control de las hipotecarias Freddie Mac y Fanny Mae, que poseen o garantizan casi la mitad de la deuda hipotecaria de los Estados Unidos. En los últimos cuatrimestres ambas empresas, que tienen como clientes a varios bancos extranjeros, habían tenido pérdidas de 14 mil millones de dólares lo que obligó a que la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda (FHFA, por sus siglas en inglés) los tomara bajo su protección. Se procedió a despedir a sus presidentes ejecutivos y el Departamento del Tesoro adquirió 1000 millones de dólares en acciones en cada una de las empresas.

La firma de servicios financieros globales Merrill Lynch también tuvo que ser intervenida. Esta compañía se encarga de ofrecer servicios en el mercado de capitales, inversiones bancarias, asesoría consultiva, gestión de capital, gestión de activos, seguros y servicios de banca. Desde julio del 2007 hasta julio del 2008 habían registrado pérdidas de 19.2 billones de dólares, es decir 52 millones de dólares diarios. El Banco de América compró la compañía por 50 mil millones de dólares el 14 de septiembre.

Al día siguiente la firma Lehman Brothers se declaró en bancarrota. La compañía que había llegado a ser el cuarto banco de inversiones más importante de los Estados Unidos, fundada en 1850 con las mismas funciones que Merrill Lynch, se vio afectada por la crisis causada por los créditos subprime del año pasado y a inicios de este año había perdido el 73% de su valor en la bolsa. El gobierno norteamericano, a pesar de haber contribuido al rescate de Fanny Mae y Freddie Mac, se rehusó a ayudar a Lehman Brothers, y sin la garantía del estado sus potenciales compradores retiraron sus ofertas. Una semana después, el banco británico Barclays Plc fue autorizado a comprar los activos de la firma por un valor de 47 400 millones de dólares, asumiendo una deuda de 45 500 millones de dólares.

El mismo día que Merrill Lynch anunció su quiebra, las acciones pertenecientes a la aseguradora American International Group (AIG) bajaron en un 60.8%. Desde enero hasta septiembre de este año la empresa había perdido el 92% de su valor en bolsa y sus pérdidas llegaban a los 18 000 millones de dólares. El 17 de septiembre fue nacionalizada cuando la Reserva Federal adquirió el 80% de sus acciones y le hizo un préstamo de 85 000 millones de dólares para evitar que su bancarrota derrumbara el sistema financiero mundial. La red de AIG se extiende por más de 130 países.

La mayor intervención del gobierno estadounidense en el mercado financiero luego de estos sucesos se dio con la ley propuesta por el presidente George W. Bush y el secretario del Tesoro Henry Paulson. Este plan de rescate se llamaría Acta de Estabilización Económica de Urgencia de 2008. Esta ley autoriza al secretario del Tesoro a gastar 700 mil millones de dólares de dinero público para la compra de activos basura, especialmente títulos respaldados por hipotecas, a los bancos nacionales que todavía pueden ser salvados de la quiebra. El primer esbozo de la ley fue rechazada por la Cámara de Representantes el 29 de septiembre. La opinión pública tampoco era favorable: se consideraba un coste desproporcionado desviar dinero público para rescatar bancos de inversión sin considerar otro tipo de alternativas. Muchos creían injusto utilizar los impuestos de las personas para salvar a banqueros que tomaron decisiones arriesgadas y equivocadas. Sin embargo los partidarios de este plan argumentaban que esta intervención, sin precedentes en la historia del capitalismo, evitaría mayor desconfianza en el mercado de crédito y que la falta de acción llevaría a una depresión económica muy fuerte.

El 3 de octubre la Cámara aprobó la ley con algunas correcciones y luego fue firmada por el presidente. El departamento del Tesoro tendrá a su disposición un máximo de 700 mil millones de dólares, de la siguiente manera: podrá usar 250 mil millones inmediatamente y otros 100 mil millones si el presidente determina que los necesita; el congreso podría retener los otros 350 mil millones si no estuviera satisfecho con el desempeño del programa. También la ley impone ciertas restricciones, como que los directivos de las compañías participantes en el programa tendrán ingresos limitados y los jefes de empresas fallidas no podrán recibir beneficios millonarios cuando sean despedidos. Se elevó la garantía aplicable a depósitos de los clientes cuando un banco quiebra de 100 mil a 250 mil dólares, para evitar la fuga de dinero de un banco a otro. Los contribuyentes recibirán derecho de compra de acciones de empresas que reciban ayuda, y las empresas que inviertan en energías renovables tendrán varios incentivos y desgravaciones fiscales.

4) Consecuencias
Se esperaba que esta nueva ley, que algunos llaman Plan Paulson, calmara la situación, pero se sigue temiendo que la crisis se propague en Europa. Los inversores son reticentes a creer que esta ley produzca un efecto rápido sobre la economía y esto ha resultado en pérdidas y bajas en las bolsas de valores, como el récord que se registró el pasado lunes 6 de octubre.

Otro componente interesante que ha tenido la crisis es que en Estados Unidos es temporada de propaganda electoral y las reacciones que tengan los principales candidatos a la presidencia en este momento jugarán un papel esencial en los resultados de las elecciones. Aunque ambos candidatos están de acuerdo en la intervención del estado y en que este tenga un mayor control sobre el mercado de capitales del país, todo indica que es el candidato demócrata Barack Obama quien tiene un mayor apoyo popular.

Una de las consecuencias principales de esta situación es que de ahora en adelante habrán importantes cambios en la filosofía de hacer negocios, producto de los nuevos mecanismos de regulación del gobierno a las instituciones privadas.

Una recesión en los Estados Unidos repercutirá en los países que dependen de su economía para su funcionamiento, como es el caso de Honduras. Nuestro país registrará menos exportaciones y menos préstamos provenientes del exterior; los intereses bancarios se elevarán y habrá mayor desempleo. El presidente del Banco Central de Honduras, el licenciado Edwin Araque, asegura que el impacto en nuestro país podrá percibirse hasta el próximo año, cuando el nivel de consumo en Estados Unidos afecte la producción hondureña de maquila y disminuya las remesas. Sin embargo, cree que la crisis afecte de igual manera las economías de China e India por lo que las maquilas hondureñas puedan ser una buena alternativa y de esta manera se compensen sus bajas. Afirma también que a nivel interno se promoverán actividades como la construcción, lo que es cuestionable si las tasas de interés de los bancos nacionales llegan a subir y si las entidades financieras se vuelven más restrictivas y exigentes con los clientes que piden préstamos.

En la pasada reunión de presidentes del Sistema de la Integración Económica Centroamericana se pidió al BCIE que otorgue una ayuda extraordinaria de 400 millones de dólares a cada país socio, con lo que se pretende mitigar el alcance de la crisis estadounidense en la región central de América.

5) Conclusiones
Las turbulencias financieras que han experimentado los Estados Unidos en las últimas semanas son el producto del interés desmedido y el riesgo que asumieron muchas empresas al querer vender bienes inmuebles con altos precios a usuarios a los que no se verificó su capacidad de pagar a largo plazo. El descontento del pueblo estadounidense es totalmente justificado porque, como se ha expresado en varios noticieros internacionales, cuando las empresas bancarias reciben ganancias son sólo para ellos, pero cuando tienen pérdidas y necesitan ayuda es el ciudadano común que tiene que responder y entrar en acción. La situación es aún más grave si tomamos en cuenta que el usuario se ve afectado de igual manera si decide no brindar su ayuda a esas empresas. Todo indica que la crisis es inminente y que lo mejor que se puede hacer es tratar de disminuir su impacto.

Por lo que respecta a nuestro país, con toda seguridad se verá afectado por estos sucesos y es necesario estar enterado de ellos y comprenderlos lo mejor que se pueda para tomar decisiones que nos mantengan al margen, tanto como se pueda, de problemas que nos han sido transmitidos debido a nuestra dependencia económica. La construcción es una de las actividades que beneficia enormemente a la economía y si la situación financiera es desfavorable el arquitecto debe buscar alternativas para poder mantenerse. Afortunadamente nuestra carrera tiene muchas ramificaciones más aparte del diseño y la construcción por lo que podremos dedicarnos a otras actividades hasta que regrese un clima económico más estable.
Siento que despierto de un largo sueño de auto veneración. Yo me he creído especial o diferente por haber escogido el camino que recorro y cada día que pasa me doy cuenta que personas que han tomado atajos o caminos sencillos y sin complicaciones reciben recompensas que nadie pudiera haberles anticipado, que a mí me costaría conseguir. Por ejemplo, yo creía que hacía alguna diferencia estudiar arquitectura en la universidad estatal, con matrículas espantosas, baños sin agua, maestros que no sienten ningún remordimiento en aplazarte si no has estudiado, y por motivos de confidencialidad no puedo dar todos los ejemplos de gente graduada de las privadas que trabajan en grandes proyectos en esta ciudad. De las privadas, donde a duras penas les dan una introducción al cálculo y donde probablemente sea un milagro que puedan calcular las reacciones de una viga con carga uniformemente distribuida con dos apoyos móviles. Y ni hablar de aquellos que estudiaron licenciaturas que pueden sacar en tres años…

Y volvería a empezar las letanías habituales de este blog, pero ya deberían conocerlas a estas alturas. Mi punto es que me he engañado creyendo que el camino del esfuerzo, del trabajo lento y paciente era garantía de que podría alcanzar cualquier cosa, o por lo menos aquello que me haría feliz. Me reía de las vidas tranquilas, con carreras que les permitían salir los fines de semana porque pensaba que los resultados iban a ser proporcionales a sus esfuerzos. Pero al final yo voy a ser la única dunda que no pudo ni siquiera asistir a los festivales de cine brasileño organizados en su universidad porque siempre tuvo tareas que hacer. No me voy a limitar a los estudios: puedo hacer otra gran lista de gente insoportable, mal intencionada, dañina que se sale con la suya todo el tiempo. Ni siquiera hace falta la lista, este país entero es un nido de personas corruptas a las que nada les sale mal.

Ya he leído a Ayn Rand, ya debería tener grabado en mi cerebro que el sufrimiento no es ningún tipo de virtud, ¿de dónde saqué que todas mis dificultades eran algún tipo de anticipo kármico para la buena vida que habría de seguir? Como si sufrir ahora me hiciera merecedora de algo más adelante. Con cada día, con cada segundo me convenzo de que no sólo tengo que hacer lo que yo quiera, DEBO hacerlo porque el día que me amargue por no haber tenido la vida que anhelaba no voy a tener a quien culpar más que a mí.
El café de los aleros es esta reunión semanal los domingos a las 6 de la tarde en la que hacemos una recapitulación de nuestra semana. No recuerdo bien cuando empezamos con esta tradición, pero creo que influyó el hecho que ahora nuestros integrantes se están graduando a diestra y siniestra y se vuelve más difícil que nos reunamos todos en medio de la semana. Para garantizar que no vamos a perder el contacto ahora es casi sagrado ese espacio de tiempo. Casi institucionalizamos el Espresso de la Tepeyac como nuestro centro de operaciones, pero a pesar de tener tan cerca un Cafemanía, el lugar se ha vuelto demasiado popular y toda esa gente con sus laptops terminó espantándonos. Un día ni siquiera había dónde sentarse. Siguieron días de experimentación. Un domingo en Dunkin Donuts nos dejaron horrorizados de los altos precios de los conos y francamente, el sabor artificial de esas donas no convence a nadie. El café del Marriot es precioso pero sus precios son exorbitantes, aunque el cheesecake es para morirse del placer. Y después de mucho deambular por la ciudad terminamos un día en Los Próceres, que tiene un pequeño centro sólo de comidas. Como hay varios lugares de donde escoger creímos por un tiempo que habíamos encontrado nuestro nicho, pero ya nos sabemos los menús de todos los restaurantes y en estos últimos domingos que hemos faltado por fuerza mayor estoy segura que el lugar de los licuados ha tenido serios problemas económicos. El domingo antepasado nos pusimos temáticos y estuvimos en conferencia por chat con uno de nuestros miembros en el extranjero; el domingo pasado una serie de trabajos sin posibilidad de ser interrumpidos canceló el café por primera vez desde que puedo recordar, y hoy regresamos pero a estrenar oficialmente el nuevo Espresso en el Boulevard Suyapa. Resulta que Moisés sigue con vida a pesar de vivir inmerso en su nuevo trabajo, Deysi nos relató sus aventuras con otras maras que sí viven al filo del peligro y pues ya se imaginan lo que sucede cuando se encuentran seis universitarios de la autónoma con uno de la católica y discuten sobre el lío de Medicina.

Mi grupo ha de ser intimidante para los extraños. Somos bastante adaptables y hasta normales por nuestra cuenta, pero juntos somos una entidad fascinantemente monstruosa. Me encanta ser parte de ellos y los quiero como la familia que vine a encontrar por el puro lazo de la afinidad. Reconozco que los celo de los intrusos, pero creo que hasta ellos lo saben. Sin embargo, hoy nos reunimos temprano porque con Yanis fuimos invitados a una cena por el cumpleaños de un amigo de otro grupo. Así que hoy pude contrastar la vida desde el centro y la periferia de las entidades sociales.

Este segundo grupo son personas que he conocido gracias a un amigo de la infancia de Yanis. Casi todos juegan WoW (y son alianzas), pero se conocen por haber estudiado en la misma universidad; unos hasta fueron vecinos de toda la vida. Lo curioso es que todos, reducidos a sus miembros indispensables, son como mis aleros: uña y carne en el espíritu. Cada uno tiene su vida hecha aparte pero son inquebrantables en su devoción por los otros, y en cada fiesta de cumpleaños, de adulto o de niños (porque algunos ya tienen niños) los vemos y es como si se estuvieran reuniendo un domingo a las 6: se retoman las conversaciones donde se quedaron y no importa cuántos meses hayan pasado entre esas reuniones, no se percibe ningún paso del tiempo. Me parece divertido porque me imagino que las amigas políticas han de pasar por momentos difíciles, así como ha de sucederles a los nuestros. En este caso yo también soy una amiga política (pero yo juego, y a pesar de que es una ventaja cuando las conversaciones son 80% WoW aún yo me siento despistada a veces) pero debo dejar constancia de alguna manera de que disfruto estar allí. Cuando yo imaginaba a los adultos tenía esa representación rígida de seres aburridos y amargados y ellos me han hecho esfumar ese prejuicio. Son divertidos, relajados, genuinamente buenas personas y juegan video juegos. ¿Qué más se puede pedir?

Hay días en los que veo a la gente y sí disfruto ser una humana.