07 March 2008

Deal or no deal

Hoy en la cena se contó una historia sobre dos tipos debatiendo la diferencia de calidad entre la educación que dan las universidades privadas y la universidad pública. Uno de ellos tenía a un hijo estudiando en la privada y el otro era un graduado de la pública. Es obvio el lado del que estaba cada uno. Resultó que el que estaba a favor de la educación pública tuvo mejores argumentos y seguramente fue más intimidante (pertenece a mi familia, por lo que no me sorprendería), porque terminó la discusión como el ganador, pero de una forma ligeramente tajante y agresiva, aunque socialmente aceptada en el mundo adulto. Mi dilema es sobre qué necesidad tenía este tipo de imponer su punto de vista, en un escenario tan delicado. Digo delicado porque el otro señor estaba defendiendo la educación que está recibiendo su hijo, y por más razones lógicas que se le pongan enfrente tiene motivos emocionales para pensar como lo hace. Y seguramente va a quedar esa espina dentro de él porque no pudo defender lo suficiente su opinión, o porque su amigo fue tan insensible… pero sólo estoy imaginando.

Hay varios enfoques para las discusiones, debates o negociaciones en general: gano/pierdes, como este caso en particular, donde una persona impone su pensamiento sin importar como atropella a los demás ni el resultado a largo plazo que eso tenga en su relación; el pierdo/ganas, donde uno se somete conscientemente y deja que el otro se salga con la suya, ya sea porque se valora la relación más importante que las diferencias, o porque se es muy perezoso o bien inseguro y temeroso a la confrontación; el gano/ganas donde dos seres racionales son capaces de comprometerse por un bien común y por último está el “no hay trato”, donde sencillamente no se discute, nadie consigue lo que quiere pero no se deja al otro ganar por encima de uno. Por supuesto que en un universo ideal lo óptimo sería que cada quien fuera capaz de tratar de entender a su contrincante, ponerse en su lugar y después exponer su forma de pensar sin resultar irritante, pero siendo honesta, después de todos estos años de pelear con la gente, mi vicio por el debate ha perdido su atractivo. La primera vez que escuché que para vivir en paz es necesario dejar de convencer a la gente que tienes la razón, me sentí profundamente impactada. Tanta energía que había desperdiciado. Especialmente con sujetos que admiten ser mayores y que piensan que la gente adulta no aprende nada nuevo. La siguiente etapa fue de “esta persona me importa más de lo que me importa que crea que soy tan inteligente que puedo defender mi posición”: tampoco funciona. Se aprovechan y terminas escuchando miles de discursos ridículos porque como no los detuviste en una ocasión ahora se creen libres de tirarte encima sus teorías extremistas. Y generalmente ellas no valoran tanto tu amistad como para poner de lado su ego por tenerte en sus vidas. Entonces, ¿qué? No hay trato, ni modo. Prefiero no discutir religión, política, feminismo, educación superior, formas de vestir, peinar o comer, situación familiar; experiencia/falta-de u opiniones sobre sexualidad; tatuajes, literatura, música (especialmente cristiana y Ricardo Arjona), televisión, películas, baile, matemáticas, dinero, mascotas y a veces hasta las clases y la experiencia laboral, excepto con personas de mucha confianza, y aún con ellas estoy consciente del límite al que puedo llegar. Pero entonces me sorprendo de cómo nunca soy capaz de sentir una conexión verdadera con otros seres humanos. La cuestión es que en la práctica no se puede ser completamente honesto con alguien, sin pagar las consecuencias. Como cuando un esposo piensa algo sobre la familia de su esposa y se lo dice, y probablemente ella no le reclame en ese momento, pero lo esté guardando para la próxima gritada y lanzada de objetos, porque el esposo ingenuamente creyó que estaba en una burbuja donde sus propios juicios no iban a ser evaluados por la otra persona.

Se dice que en la medida en que uno se conoce a sí mismo de manera profunda y sin reservas, aceptando tanto lo bueno como lo malo es cuando uno logra conocer y tratar mejor a los demás. Y que las relaciones que tengas con los demás son un espejo de la relación que tienes contigo mismo. De cualquier lado que lo vea, el paisaje se ve oscuro. Y continúo girando alrededor del mismo punto sin lograr trascenderlo. Es demasiado cruel, quisiera tanto que se acabara.

2 comments

  1. quizás funcione no debatir si la persona es cerrada, cierto. pero tal vez algunas personas que hablan de temas que nos parecen cerrados estan haciendo un esfuerzo por no ser pragmáticas. no crees? no vale eso una oportunidad?

    has notado que las personas conforme mas grandes, tienden a inhibirse menos respecto a esos temas? al viejito no le da pena hablar de cosas que a vos y a mí nos generan o pudor, o consideramos no valioso hacer... eso sería cerrazón de parte de ellos al discutir un tema que nos desagrade? o tal vez, solo tal vez, ellos más bien son los que están aprendiendo a abrirse y entienden que no se gana tampoco nada si no aprendemos a comunicarnos y encontrar puntos en común?

    quizás valga la pena evaluar el perfil del que habla, la profundidad e impacto verdadero del tema en cuestión, y cuán enriquecedor sea discutir con esta persona de este tema o no... eso peude filtrar mucha de la posible incomodidad e indique si es prudente o no compartir puntos de vista.

    por otro lado, siempre se corre el riesgo de equivocarse... pero no es eso una forma de aprender? como dice la canción de enanitos verdes, 'hay que correr el riesgo, de levantarse y seguir cayendo'. o como dice paez 'lo importante es desear, y no ser un muerto vivo'.

    finalmente, no solo se trata de lo que recibís o aprendes, sino de lo que aportás. por ejemplo:me hubiera perdido de razonar bastante si hubieras decidido callarte este tema y no compartirlo. este ejercicio de discusión es el responsable de la mayoría de aprendizajes significativos en la vida. no crees?

    greetings

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  2. Una caja de pandora te veo abriendo...de una forma tan genial que solo vos podes hacerla...segui abriendo mas cajas de pandora...siempre aprendo de tus reflexiones al respecto.

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