17 September 2007

There must be quite a few things a hot bath won’t cure, but I don’t know many of them.

Cuando el día ha sido malo, insoportablemente malo, abro la ducha, y me acuesto en el piso, mientras dejo el agua correr sobre mí. No puedo estirarme en un espacio de 0.90x1.10, pero no importa: las posiciones que encuentro más cómodas implican contorsiones inhumanas para otros. El agua está obscenamente caliente, las gotas son duras, pesadas y al caer producen un sonido hipnótico. Mi estómago se enrojece.

Dependiendo de la magnitud de la catástrofe me acicalo, lloro, o en situaciones extremas me doy permiso de cruzar el umbral de la decencia. Mi espalda tapa el desagüe y el agua se acumula a mi alrededor, mientras me observo y me reconcilio con mi cuerpo. Definitivamente me gusto más sin ropa.

Después, permanezco inmóvil por mucho tiempo, en un silencio mental que en otras circunstancias soy incapaz de lograr. El mundo y sus personas se borran y descanso.

Son razones ecológicas las que no me permiten vivir así eternamente.

4 comments

  1. Estoy en total acuerdo, sólo que yo la prefiero fría. De verdad me pregunto si sólo las mujeres sentimos eso pues ninguno ha comentado... si es así, pobrecitos...

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  2. Mmm, no esperaba ningún comentario para este post, el tuyo fue una agradable sorpresa.

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  3. Anonymous8:03 PM

    hola marce me encanta tu blog me haces reir a carcajadas me encantaria tenerte como contacto soy de argentina y tambien estudio arquitectura

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  4. Anonymous8:05 PM

    te dejo mi correo es chocho2205@hotmail.com voy a seguir mas de cerca tus post a hora que los descubri

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