22 July 2007

las bases culinarias irrevocables del matrimonio

Hace unas cuantas semanas me fui de viaje con mis tías y tres de mis primas originarias de la Ceiba, por un fin de semana. Yo era la voz de la sabiduría, rodeada de niñas de 15, 16 y 17 años, respectivamente. Una de ellas vive en los Estados, y ha sido enviada a estos parajes porque su madre, preocupada al darse cuenta que su hija es ligeramente vanidosa y superficial, quiere que esta adquiera un poco de perspectiva al sumergirse en un país tercermundista. Tengo reprimidos mis recuerdos de esas edades, por lo que fue un shock cultural darme cuenta de la forma de pensar y actuar de la juventud actual. Esperando la hora de salida de Tegucigalpa hacia el sur, mi madre sugiere un paseo por el mall, ya que a nuestra invitada de honor le gusta la ropa. Por compromiso únicamente y para integrarme con el grupo, me dedico yo también a buscar vestimentas. Me quedo absorta por cinco segundos con una pieza, volteo a ver y las niñas han desaparecido. Están afuera, tomándose una foto con un chavo que vieron pasar, les gustó y le pidieron que posara junto a ellas. Las llevo a tomar café y saludan como a cinco conocidos en un recorrido menor a 10 metros. Y ya platicando con ellas me entero de los noviazgos ilícitos que tienen con tipos 4 o 5 años mayores que yo.

Ayer asistí a la celebración del cumpleaños n°1 del hijo de una de las parejas más tiernas que he conocido. Entre los invitados, reconocí a una asistente graduada de mi famoso curso juvenil (…). La recordé porque tenemos a un conocido en común que me contó su historia de amor: ella y su ahora esposo, estaban muy enamorados, y él tenía un deseo ferviente de casarse con ella, pero eran muy jóvenes y él no daba señales de ser alguien responsable y maduro: a pesar de su personalidad extrovertida y agradable, no tenía ningún deseo de terminar de estudiar. Ella le deja claras las condiciones. Se casan únicamente si consigue su título universitario. En menos de lo que canta un gallo, él se gradúa de Derecho, y comienza a manejar el negocio familiar. Su hija es el vivo retrato de la madre.

Los padres del cumpleañero son un adorable testimonio de lo que ocurre cuando se mezclan protocolos ancestrales con gente joven y relajada: tuvieron una boda tradicional en una de las iglesias más bonitas de Tegucigalpa, sus hijos parecen modelos de Anne Geddes, pero ellos son personas muy simpáticas y adictas a World of Warcraft y Dungeons and Dragons.

Estoy seriamente tratando de convencerme que el mundo presente no es una novela de Jane Austen, a pesar de toda la evidencia que demuestra que para la mayoría de la gente, la pensante y la no, el entusiasmo por vivir consiste en encontrar con quién casarte. Por mi parte, el concepto de matrimonio sólo tiene sentido bajo una serie de lineamientos que considero indiscutibles y absolutos. Cualquier cosa fuera de eso es una pérdida de tiempo y prefiero morir sola con 40 gatos antes de conformarme con menos. La boda en sí me tiene sin cuidado: me gusta Vera Wang, pero no sueño con vestidos; me desmayo en las misas, y no soportaría ninguna celebración por ese motivo que incluya a más de 5 cinco personas. Pero tengo una falla en el sistema que mantiene en funcionamiento a esta criatura racional: quiero que me propongan matrimonio en el Bulli. No hay nada más cliché que pedirte que se casen contigo en un restaurante, así que yo nunca sospecharía que el susodicho tendría el coraje de atreverse a algo así, pero si hay un restaurante en el que valdría la pena sería en ese. La investigación y la preparación de las comidas es muy seria, pero los resultados son etéreos e infantiles. Es milagroso, casi mágico que detrás de algo tan habitual como la comida haya una filosofía, un criterio artístico. La vida diaria debería de tener un enfoque similar, no se puede esperar menos de alguien con quien querrías compartirla, ¿o sí?

2 comments

  1. Yo conozco a esa pareja adorable de la que hablas en el post, realmente que si ambos son grandes personas, los trate a ambos aparte, no como pareja, lastimosamente no he conocido a sus hijos,espero que un dia te acompañe a vos y a Yanis a visitarlos, seria una buena experiencia, y graciosa el llegar con vos y Yanis a donde ellos, no se la esperarian. Realmente he estado escuchando la palabra matrimonio por todos lados, para bien o mal...espero que para bien

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  2. I love weddings!
    Puedo ir a la tuya? También te puedo ayudar a planearla!

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