Después de ver la exquista película "The devil wears Prada" estoy investigando si la moda realmente es un arte o sencillamente una forma de consumismo snob. Les haré saber mis conclusiones.








Mi mamá me explicó el perfil psicológico de la homeopatía que me recetó.

El principio bajo el cual actúa la homeopatía es opuesto al de la medicina tradicional. En la medicina tradicional (antibióticos, por ejemplo) la enfermedad es el polo negativo y el remedio es el positivo; no necesariamente cura, sino más bien reprime la enfermedad, y desaparece un síntoma para manifestarse de otra forma. La homeopatía actúa en la misma “vibración” que la enfermedad. Lo que tienes que tomar debe estar en la misma frecuencia que lo que estás experimentando. En términos sencillos, si tienes gripe un doctor normal te da un antigripal, un homeópata te va a dar algo análogo a la gripe.

Son generalmente sustancias naturales diluidas a diferentes potencias, según lo que se busque. Cada sustancia tiene una serie de síntomas físicos y patrones emocionales que la caracterizan. El alemán que la descubrió se puso a experimentar en carne propia lo que cada una le provocaba, y de esa forma comenzó todo esto. Técnicamente se podría hacer homeopatía de cualquier planta, veneno o líquido. Hay una buenísima que es de la sangre de la persona. Sólo puede ser tomada por el dueño de la sangre y debe ser hecha por él mismo. Se disuelve una gota en un tipo de polvo de azúcar, y a cada hora se extrae una cucharadita, se agrega más polvo y eso aumenta una potencia al remedio. Cuando yo la tomé hace unos años tuve una especie de regresión a mi infancia en el sentido de que empecé a presentar enfermedades que no me daban hace años (es algo equivalente a limpiar tu organismo de una buena vez por todas) y recordé miles de cosas que me habían pasado que tenía enterradas en alguna esquina del subconsciente. Fue una experiencia reveladora.

Pues la homeopatía que estoy tomando en esta ocasión, en una potencia inusualmente alta, y que requiere de todo un ritual antes de tomarla (golpear dos veces el bote de vidrio en la palma de la mano, poner cinco gotas en medio vaso con agua, tomar dos cucharadas y desechar el resto) es para un tipo de persona que el profesor de mi madre describió como una “mujer-alfombra”. Alguien que por una razón desconocida disfruta de las interacciones masoquistas en las que sale perdiendo, se paran encima de ella y no busca salirse de allí. Generalmente algo muy impactante le hace quedarse estancada en un evento o relación del pasado, y si no se sacude para recobrar la cordura pueden pasar muchos años antes de trascenderla. Al oír esa explicación mi primera reacción fue tan infantil: “Así son todas las mujeres en esta familia”. Lo que es cierto. Pero también recordé que por muchos años yo juré que nunca iba a permitir caer en sus mismos errores y reaccionar de la manera en que ellas lo hicieron y que, en algún tipo de ironía kármica, fue justamente lo que sucedió, en menor escala afortunadamente.

Mis primeros años transcurrieron en una fantasía extraña en la que yo era la redentora de mi familia. La que iba a salvar al clan de la mediocridad y conformismo en la que tantas personas geniales que estuvieron antes que yo se hundieron sin remedio. Llegué a un punto en que el disfraz de mi personaje inventado empezó a restringir a quien sea que yo era realmente. Desmoroné todo ese delirio y me quedé en el vacío, volviendo a construir todo de cero. Pero volví a repetir lo que ya había visto, y hasta ahora me doy cuenta. Una bofetada más que me enseña a no juzgar a los demás tan tajantemente, o a ser más estricta conmigo misma… todavía está por verse. Por que las áreas grises que acompañan a la adultez no son necesariamente un signo de madurez. Tal vez necesito un poco más de esa categoría de Inaceptable que antes no tenía reparos en asignar a múltiples eventos. No es ni siquiera un asunto de valorarme para que otros me valoren, sino por que hay cosas que simplemente no deberían de pasarle a nadie, y que no hay un ángulo posible bajo el cual resulten beneficioso. En un ejemplo concreto: ¿debería de aceptar un trabajo con un salario bajísimo, sacrificando mis horas de trabajo y/o sueño, para una compañía que no ha mostrado el más mínimo interés en mí como parte de su equipo? ¿Por qué siquiera pierdo el tiempo considerando eso como una posibilidad? Sólo falta que de verdad tenga que pasar los próximos tres meses tomando homeopatía para despabilarme.
It’s a very dangerous thing to do. Here’s the thing: it’s Wednesday afternoon. You’re supposed to be in class, or working in your Design project, or at least in the gym not wasting the money your mother spends on it. But no, you’re getting drunk in Ruby’s. Shame on you.

It’s the greatest thing, you finally get to say everything you want without any restrictions (believe or not, there are millions of them the rest of the time), you don’t feel time passing by as your friend is driving you home; terrible music in the radio (the only music you can find on it) doesn’t bother you, and you can write stupid things without any guilt involved.

While we were in the heat of the drinking, I found this amazing friend I haven’t been in touch with for ages. I miss her terribly. I hate most of the people in my faculty, and since she left, my “decent people to talk to” standard has been worst than ever. I tried to downplay my enthusiasm while we were catching up, but I’m aware I’m not fooling anyone.

I’m so fucking tired. I feel like I am being dragged in a million different directions, and I can’t keep up with any of them. In the stupid European Academy my so-called-boss hasn’t even told me if he’s going to hire me or if I’m just wasting my time in training, the same training that doesn’t let me concentrate in my Design class, the one that doesn’t let me sleep. It’s an awful vicious circle.

My weekend nervous breakdown has let me with an emergency homeopathic remedy, a daily bottle of water with a flower-based medicine and the usual amount of regret. So expect a more “together-Marcela” for the next few days. I bet she’s more fun than this insecure, indecisive, and needy person I have sadly become.
Scorpio is the eighth sign of the zodiac and governs, among other things, transformation, regeneration, all things hidden, sexuality, and such fundamentals as birth, life, and death. It is ruled by Pluto (Conste: según la Sociedad Internacional de Astrólogos su desbancamiento de la categoría de Planeta no limita su influencia. Ja!), and its element is water, demonstrated through the Scorpio’s emotional sensitivity. Its quality is fixed, which signifies those who are stubbornly determined; in the yearly cycle, it indicates the height of the season. When the Sun is in Scorpio, it is autumn. As the Sun moves through Scorpio, the following energies predominate, affecting the way people relate to one another.

Notable positive qualities associated with Scorpio:
Powerful, penetrating
Dynamic, intense, passionate
Magnetic, attractive
Deep, probing, caring
Courageous, resourceful

Notable not-so positive qualities associated with Scorpio:
Self-destructive
Feels rejected, left out, or unloved to the point of obsession
Jealous, possessive, intolerant
Secretive, furtive, withholding
Vengeful, cunning, vindictive
Mi mamá cuenta una anécdota en la que tengo un año, y estoy saltando en la cama frente a la televisión encendida. Para obligarme a dejar de saltar, me amenazan con apagar la tele, y como no obedezco (extraño esas épocas de rebeldía!) cumplen con su castigo. Mi enojo fue tanto que me desmayé, y me tuvieron que llevar de emergencia al hospital. A tv junkie was born.

A los tres años mi vida transcurría plácidamente en un sofá, con la tele enfrente y el equipo de sonido al lado. Y solo apagaba uno para encender el otro, durante todo el día. Mis papás decidieron ponerle fin a esas costumbres burguesas matriculándome en la escuela.

Tengo la teoría que una mañana me voy a levantar con el chispazo de que mi verdadera vocación era ser escritora de televisión, y que todas esas fueron señales para encaminarme hacia mi destino.


HowManyOfMe.com
LogoThere are:
23
people with my name
in the U.S.A.

How many have your name?
Necesito escribir. Sobretodo por que he pasado el 90% de mi día frente a la mesa de dibujo tratando de resolver coherentemente unas plantas de forma que pueda reducir la cantidad de regaños que me tocan mañana, en la revisión de Diseño. Por que todos entramos a esa aula sabiendo que vamos a salir insultados, gritados y ridiculizados, a pesar de que somos los que tenemos el coraje de llegar a clase y mostrar nuestros trabajos. Muchos huyen, no llegan y nos toca recibir el maltrato que va dirigido a ellos.

El único escape de mi día fue cuando mis papás me invitaron a un café de 60 lps (¡!!!) que entre otras cosas tenía kahlúa. Necesitaba desesperadamente alcohol. (Mi pequeño gen maligno se despierta y me propone ideas descabelladas como tomarme un trago antes de cada clase, para poder soportarla.)

Ayer hubo cancelaciones de último minuto y anduve celebrando todo el día que me deshice de Estudios de la Mujer. No soporté más el extremismo, las explicaciones pseudo científicas y el mal humor de la profesora.

Qué detestable es saber que sólo quiero las cosas mientras creo que no puedo tenerlas, o mientras es un reto conseguirlas. En cuanto están en mis manos pierden su valor. Me pregunto qué profundos problemas psicológicos se manifestarán de esa forma.

Como todos los días, quisiera tener algún medio seguro, en el que no haya daño posible a otra persona y que sea legal para poder escapar de todo esto, aunque sea por un rato. Pero creo que es bastante difícil cumplir con los tres requerimientos simultáneamente.



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Men are like drugs.
Siempre me he preguntado si acaso existe un solo camino correcto. Recibiremos miles de señales para escogerlo, pero podemos decidir no hacerlo. Sin embargo, sentiremos por el resto de la eternidad una pequeña espina que nos dice que todo pudo haber sido mejor. Pero ya es tarde.

Después leí que el Universo es el que se adapta a lo que hemos escogido. Que al inclinarte por algo atraes lo que quieres, se activa un mecanismo y todo empieza a funcionar de acuerdo a tus deseos (la Inteligencia que organiza los eventos a su gusto puedes creer que es tuya e inconsciente o atribuírsele a algo ajeno), pero igual, una vez que das el primer paso, es muy difícil dar marcha atrás.

Leí también sobre el camino del menor esfuerzo. Estas haciendo lo correcto cuando las cosas fluyen naturalmente, y no es que no tengas que trabajar, es que te da mucho gusto hacerlo, y no se siente como trabajo.

Últimamente he procurado hacer cosas nuevas, salirme de mi zona de confort y finalmente hacer todo lo que he querido. Empecé entrenamiento en la Academia Europea, y estoy dando clases; hablo con gente que no conozco, y trato de mejorar relaciones con las que veo todos los días; quiero disfrutar Diseño, y ahora que estoy por mi cuenta no sentir que estoy compitiendo, ni demostrando que merezco estar allí, trato simplemente de expresarme.

Me observo constantemente, trato de no juzgarme, sólo de entender por qué reacciono de ciertas maneras. Veo que mi vida tal y como está es el resultado de una serie de decisiones que fueron necesarias en su momento. Y que nada sería cómo es ahora si nada de eso hubiera pasado. Entiendo que aún las piezas que encajan por hoy tienen una fecha de expiración, y no me quiero aferrar a ellas. Me siento satisfecha. Pero siento la espina. Y quiero regresar. Detener el mecanismo y regresar.

Por supuesto, nada de esto está apoyado por señales, reciprocidad, ni nada por el estilo.
“La muerte es más que el amor, ¿o no? El arte es más que el amor, ¿o no? El amor es más que la muerte y el arte, ¿o no? Ese es el tema. Ese es.
Lo que nos desvía del tema es la pérdida. De los que amamos, del Oriente, de la esperanza, de nuestro lugar en el libro. La pérdida es más que el amor, ¿o no? Más que el arte, ¿o no? La “cuarta función” de Darius Cama añadía, al sistema tripartito de la cultura indoeuropea (soberanía religiosa, fuerza física, fecundidad), el concepto adicional necesario del outsider existencial, el hombre separado, el divorciado desterrado, el colegial expulsado, el oficial separado del servicio, el foráneo legal, el caminante desarraigado, el que desfila con el paso cambiado, el rebelde, el transgresor, el proscrito, el pensador anatematizado, el revolucionario crucificado el alma perdida.
Las únicas personas que ven todo el cuadro son las que se salen del marco. Si tenía razón, ese es también el tema. Si estaba equivocado, lo perdido está simplemente perdido. Al salir del marco, dejan de existir sencillamente.”
Es decir reaccionar como si esta fuera la primera vez que te pasa todo.

El otro día, escribiendo sobre lo que quisiera para los meses siguientes puse en mi lista “ser usada por una fuente cósmica que quiera expresarse a través de mí”. Siempre he leído que las diferentes religiones aspiran a que uno se desprenda del yo, como si fuera esa carga horrenda que uno busca sacudirse en cuanto pueda.

Tal vez no sea una carga, pero probablemente el yo sea un punto de vista limitado, y hay mucho más allá de él.

He sido tan egoísta. No que eso sea malo en sí, pero cuando te dicen que no hay pasión si no hay entrega de uno mismo, creo que no hay espacio para la duda.
Si meten en una licuadora todo lo que me han enseñado en Estudios de la Mujer, el feminismo lógico y racional de Simone, las estadísticas de la situación de la mujer en el mundo, Esther Vilar y su "Varón domado" y Krishnamurti se obtiene mi examen para la clase: Describa y explique la situación de desigualdad de la mujer en Honduras y en el mundo.
El origen de la desigualdad de la mujer puede remontarse a la división natural del trabajo que se dio en comunidades primitivas, en las que las mujeres tenían que reducir su trabajo físico en períodos de gestación y lactancia. A partir de allí surgen varios mitos alrededor de lo femenino que lo asocian con lo débil, lo delicado, hasta derivarse a lo misterioso, incluso diabólico.

A lo largo de la historia, han quedado documentadas las numerosas injusticias y discriminaciones que se han cometido hacia la mujer. Se le negaban muchos derechos, que variaban desde tener un papel fuera del hogar, la educación o el voto, hasta tener potestad legal sobre su propia vida, como en la sociedad romana, por ejemplo. Pero, actualmente mucho de eso ha cambiado. Y sin embargo, no se reflejan en las estadísticas que las mujeres tengan mejores condiciones, o que sean conscientes de ellas.

En los países desarrollados las mujeres todavía no tienen una participación equivalente a la masculina: por cada dólar que gana un hombre en los Estados Unidos, una mujer con el mismo trabajo sólo es remunerada con 75 centavos. Menos del 20% de las posiciones ejecutivas en las 500 empresas más importantes según la revista Fortune son ocupadas por mujeres. A pesar de todo, en ciertos países, esa participación tampoco es insignificante. En Suecia, el 45% de los miembros del Parlamento son mujeres.

En Honduras, se aprecia una realidad distinta. Sólo una de cada tres mujeres en edad de trabajar, desea hacerlo, según datos del 2002 del INE. Y una de cuatro mujeres que trabajan son empleadas domésticas. Continúa aumentando el número de mujeres que son jefas de familia, fenómeno generalmente asociado a familias de bajos recursos. Según la OPS, en la población económicamente inactiva las amas de casa y las estudiantes representan el 67% y 30%, respectivamente. ¿Cómo es esto posible en el siglo XXI?

Sí existe una desigualdad. En Honduras es muy evidente cuando solo un 23% de los diputados del Congreso son mujeres. En el resto del mundo, cuando las mujeres en puestos de poder no igualan a los hombres, y cuando la mujer es objetificada inescrupulosamente en la cultura. Pero hoy en día, no se puede tomar como responsable a nadie menos que a la mujer misma.
La mujer aprende el rol que va a desempeñar en la sociedad, desde muy pequeña, en el seno de la familia. En países como el nuestro, donde el patriarcado es un sistema que continúa siendo vigente, ese rol tiene un radio de acción muy limitado. Se le atribuyen características que se asocian con cuestiones biológicas, pero al indagar un poco en ellas, son principalmente aprendidas. Nacen las diferencias culturales de género. De allí, se desemboca inevitablemente en estereotipos. Y al haber una fragmentación tan fuerte entre las dos partes nace el sexismo, y sus manifestaciones en el machismo.

Se ha dicho que el mundo está definido desde la perspectiva de lo masculino. Eso es mejor conocido como androcentrismo. Desde las cuestiones básicas como el lenguaje, hasta el sistema de remuneración por el trabajo. Pero si ese modelo es todavía aplicable a nuestra sociedad, es por que todos ayudamos a perpetuarlo.

Los países desarrollados cuentan con bajas tasas de analfabetismo, buena educación, legislaciones con respecto al aborto, acceso a la educación sexual y a los métodos anticonceptivos. Es también importante mencionar que la religión esté relegada a un segundo plano. No es una casualidad que en estos países se dé una mayor participación de las mujeres.

Estar bajo el gobierno de otra persona en una situación de subordinación o permitir la existencia de una jerarquía basada en la injusticia son todos fenómenos que se siguen dando a causa de la falta de educación y la falta de conciencia de grupo de las mujeres. Esta ignorancia continúa de generación en generación, sobretodo en los sectores más pobres.

Es inexcusable que lo femenino en la actualidad se siga etiquetando únicamente como lo maternal, lo indefenso o peor aún, con lo vanidoso y excesivamente preocupado por su imagen. Semejante mentalidad es una de las causas de la objetificación sexual de la mujer, o de que muchas mujeres dejen de lado su propia realización personal sólo por atender a su familia.

En la raíz de la desigualdad se encuentra la conciencia y la responsabilidad de cada persona. Uno de los aportes del feminismo (aunque otros movimientos filosóficos lo han mencionado antes) es la enseñanza de que lo personal es lo político, es decir que el destino de una persona afecta al resto de la colectividad. Pero como todo sistema de pensamiento hay que aproximarse a él con cautela, y no dejar que él piense en nuestro lugar. Los radicalismos, las posiciones intransigentes impiden los razonamientos objetivos y en última instancia sólo consiguen acrecentar el conflicto. Es necesario estar informado de la situación actual y conocer sus raíces, pero es más importante saber qué va a hacer cada uno de nosotros al respecto.
(Ahora imagínense leer 30 de estos ensayos. Compadezco a la profesora.)
Mi experimento de ampliar horizontes a veces resulta conmigo bailando con un cadete, que tiene las habilidades para bailar que tienen los cadetes (nulas), y con un gran dolor de cabeza al haberme infligido un moño por primera vez en 6 años.

Gina C. nos invitó a Deysi, Sharon, a la otra Gina y a mí a una fiesta de gala en la Academia Militar. Su papá es coronel y le dijo a Gina que invitara a sus “amiguitas”. Desde luego que siempre supe que iba como carne de exhibición o en el peor de los casos como escort, pero acepté por que me paso quejando de tener pocas amigas, y esta sería una buena ocasión para reforzar lazos. Gente con la que casi no me llevo en una experiencia completamente distinta. Llegaron además los 2 hermanos menores de Gina C. y su mejor amiga Karina.

En cuanto llegamos a la Academia, tan amablemente como es posible en esos casos, se nos pidió a las mujeres que bajáramos del carro para inspeccionar nuestros vestidos. Habíamos notado varias chavas con vestido corto afuera. No las dejaron pasar. Voy a pretender que no es humillante pararse a ser observado por una fila de pelados en uniforme, por algo tan estúpido como el largo de tu ropa. Pero sí lo es. Voy a tragarme mis principios y mi deseo de gritarles que ni Emily Post le hubiera negado la entrada a invitados por su vestimenta, y se hubiera limitado a poner su mejor falsa sonrisa. Ella los habría puesto en una mesa al lado de la cocina y alejados del salón, pero no los habría tenido parados bajo la lluvia, viendo como todos los demás eran revisados inescrupulosamente y pasada la prueba se perdían en el camino bordeado por lámparas de gas.

La nueva peste del milenio son esos fotógrafos que te piden posar para sus páginas web de fiestas y eventos. En alguno de esos anda pululando una foto de nosotras con un arreglo floral casi mortuorio de fondo.

Yo he ido a unos 15 años de gente de pueblo. La única diferencia es que la comida en esto fue mejor. Nada podía quitarme la sensación de ridiculez, de que todas las mujeres parecíamos trabajadoras en su día libre aspirando a conocer soldados con quien ir al cine los domingos en la tarde.
Las bandas tropicales me persiguen aparentemente.
Había tragos ilimitados en una noche que me exigía guardar la compostura. El ruido no me dejaba hablar y no se qué tan buena es mi cara de “estoy aburrida pero tratando seriamente de no parecerlo”. Uno de los hermanos de Gina sacó a Deysi a bailar los covers de reguetón versión salsa. Estábamos en un palco, así que la pista de baile principal la mirábamos desde unas grandes pantallas que intercalaban las imágenes de los vestidos meneándose al ritmo de “Lo que pasó, pasó” con otras de soldados disparando cañones y corriendo en fila por campos verdes. Fue uno de esos momentos que me arrepiento de no andar cámara, tan surrealista.

Después de la cena tuve que enfrentar mi destino e ir a bailar. Primero en grupo, hasta que los cadetes iban escogiéndonos y llevándonos lejos. Nunca, en la historia de fiestas a las que voy sin acompañante, me ha sacado a bailar alguien que me parezca remotamente decente, mucho menos atractivo. No sé qué deuda kármica estaré pagando, pero esta ha sido la cúspide de lo horroroso. “La señal de rescate”, pensé, y me acordé que el moño no me permitía sacudirme el pelo de los hombros, y que nadie en ese grupo iba a poder descifrarla. Por varias canciones traté de convencerme que bailar con un solo chavo, por fatal que fuera y se moviera, era mejor que satisfacer la fantasía de los hermanos de Gina de hacer un threesome con una chava adelante y la otra atrás. Pero no lo soporté y preferí ir a sentarme y despotricar internamente sobre lo sola que me siento el 99% del tiempo. Justo cuando mi mente veía desfilar la frase “Todo lo que has temido finalmente se hizo realidad” aparecieron Deysi y su compañero de baile para que buscáramos a los demás por que Karina estaba escandalosamente ebria. Nos fuimos de allí como una hora después.

En el trayecto de regreso me estaba soltando el pelo, queriendo poner la mayor distancia mental posible entre esa noche y el presente.
Amy Sherman - Palladino es mi verdadera alma gemela

Si existe una serie que hubiera deseado haber escrito es "Gilmore girls". Es tan ingeniosa, e inteligente: reto a cualquier persona a que vea un episodio entero y sea capaz de explicar cada una de las referencias a libros, películas, series y cualquier cosa en general que sea mencionado. Este es un momento clásico: Sebastian Bach (de Skid Row en la vida real) cantando Gwen Stefani!!! Demasiado divertido.
“Este capítulo no está dedicado a los adolescentes que quieran reservarse para el hombre o la mujer de sus sueños. Está dedicado a los jóvenes de ambos sexos que quieran aprender a ser realmente ellos mismos, a descubrir su personalidad, a ser sanos, fuertes y estables, a tener confianza en sí mismos, a seguros de que pueden, si así lo desean, caminar por la vida sin muletas y sin depender del contacto sexual con otro ser humano. Muchos de los supuestos adultos actuales siguen siendo, en el fondo, adolescentes: tímidos, temerosos y dependientes, nunca aprendieron a cuidar de sí mismos. Para muchas personas, el sexo físico es el equivalente adulto del osito de felpa.” (¿Cómo terminó Tofi metido en todo esto?)

“El sexo no es “mejor” o “peor” sólo por que uno esté enamorado de esa otra persona… o prefiera creer, por el momento que lo está. Es solo un acto físico, neutro en sí, y lo dotamos del significado que deseemos en cada momento. A lo largo de los siglos, la humanidad ha entretejido complicadas fantasías del acto sexual, glorificándolo con importancia mística.”

“Para las mujeres no hay placer en el acto sexual por sí: todo depende de su relación con la otra persona en el momento del coito. Si la muchacha en cuestión está terriblemente enamorada de un hombre al que considera el más apuesto, atractivo y deseable del mundo, el acto sexual con él le parecerá una experiencia arrebatadora, aunque el hombre sea, en realidad, un amante mediocre en el plano físico.”

“El psicólogo Glenn Wilson informaba, en su libro “Love’s mysteries”, que la mujer solo experimenta un ardor y una excitación sexual iguales a los del hombre en el comienzo mismo de una nueva relación. Pasado un período de entre nueve y dieciocho meses, pierde en parte su interés por el sexo, por mucho que lo haya deseado en un comienzo.”

“A diferencia de lo que pensaba hace veinte años, ahora estoy convencida de que la actividad sexual a una edad demasiado temprana contribuye directamente a sofocar la inteligencia y el rendimiento educacional. Quienes se dedican al sexo prematuramente suelen concentrarse menos en sus estudios y en los resultados de sus exámenes. Después de todo, sólo contamos con cierta cantidad de energía y, cuanto más la disipemos en actividades físicas, menos tendremos para los fines intelectuales.”

“En general se descubre que el sexo, en vez de afianzar el vínculo lo debilita y aleja a las personas. Uno puede mantener una amistad con miembros del sexo opuesto con quienes no mantiene relaciones sexuales, pero una vez que interviene el sexo, se torna difícil, sobretodo durante la juventud. Cuando termina la relación, los amantes suelen negarse a dirigirse la palabra el resto de la vida. La herida permanece por muchos años y jamás cicatriza del todo.”

“La investigación iniciada para averiguar qué nivel de estrés padecen las jovencitas, descubrió que el mayor motivo de angustia era el amor y el sexo.”

“Otro motivo de que reine la infelicidad en cuestiones de sexo es que los jovencitos que no forman parejas exclusivas suelen tornarse retraídos y melancólicos. Parece existir una presión para que todos formen pareja a edad cada vez más temprana. Los niños de trece años o menos ya se jactan de sus “novios”. El miedo de quedar solo es uno de los motivos que impulsan a tantos jovencitos a intentar el suicidio y a abusar de las drogas.”

Estoy dispuesta a escuchar a esta tipa si quiere venderme la idea del celibato. Pero que no me insulte con sus razones absurdas, simplistas, generalizadoras y ridículas.
Según Erik Erikson, nuestra personalidad se forma a lo largo de ocho etapas durante nuestra vida. En cada una de estas etapas, tenemos diferentes “misiones” que cumplir. Son objetivos que debemos alcanzar, habilidades que cada uno debe desarrollar, por que de lo contrario, arrastraremos por el resto de nuestra vida el peso de lo que no logramos. En cada estadio, se nos presentan dos polos a los que podemos aspirar, una relación significativa que la caracteriza, y desde luego, las virtudes, mal adaptaciones o malignidades que tendremos dependiendo de cómo haya sido nuestro desempeño.

La primera etapa es hasta el primer año de vida. Aquí se debaten la confianza y la desconfianza. Uno desarrolla esa confianza con el mundo exterior a través de la relación con su madre. Si te vuelves demasiado crédulo, se llama desajuste sensorial; escéptico: es el desvanecimiento (withdrawal), que puede resultar en alguien paranoide, depresivo, o incluso psicótico; y el punto intermedio es la esperanza: “una fuerte creencia en la que se considera que siempre habrá una solución al final del camino, a pesar de que las cosas vayan mal”.

El segundo estadio, de los 2 a los 3 años, es la dicotomía entre autonomía y vergüenza o duda. Los padres son las personas más importantes en esta edad. Lo ideal es que cada quien explore su medio con independencia, pero no estar a la deriva. Se puede llegar a ser alguien con voluntad y determinación en el mejor de los casos, o bien alguien compulsivo, que cree que todo tiene que hacerse perfectamente, sin espacio para el error; o se puede caer en la impulsividad, hacer las cosas sin evaluar consecuencias o límites.

De los 3 a los 6 años, tu familia en general es tu principal relación. El conflicto aquí se relaciona con la iniciativa frente a la culpa. La iniciativa se refiere a asumir nuevos retos, responsabilidades. Es intentar hacer “real lo irreal”. Los dos extremos son la crueldad (iniciativa sin culpa. Lograr lo que se quiere sin consideración a los demás.), la inhibición y en medio se desarrolla el sentido de propósito.

En el cuarto estadio, hasta los 12 años, se tiene que decidir entre la laboriosidad o la inferioridad. Como ahora se añaden las amistades y los profesores, todo se vuelve más complejo. Personalmente creo que tengo conflictos desde esta época, por que aquí es cuando se aprende a terminar las cosas que se empiezan, a ser competente. Los niños que son demasiado presionados para que sobresalgan desarrollan una virtuosidad dirigida, y los que ni siquiera vuelven a intentar algo en que no les ha ido bien, son considerados inertes.

La crisis de la adolescencia está muy bien documentada. Se plantean la eterna pregunta de quién soy, cómo encajo en la sociedad, etc. Identificarse solamente con un determinado rol o subcultura es llamado fanatismo. Dejar de buscar una identidad es repudio, y una persona adaptada desarrolla fidelidad, que es lealtad, capacidad de vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad, a pesar de sus errores. No ser un borrego, pero sí alguien productivo, siendo crítico.

Y la sexta etapa es con la que voy a concluir este post, por que es la que me interesa, y la que estoy atravesando. Tengo hasta el final de la década de los 30 para escoger entre la intimidad o el aislamiento. Si en este tiempo no logro experimentar una relación significativa en la cual descubra el “amor” (habilidad para alejar las diferencias y los antagonismos a través de una mutualidad de devoción), puedo caer en la promiscuidad –en el sentido de ser demasiado abierto, sin necesidad de profundidad en las relaciones-, o corro el riesgo de irme por la vía de la exclusión y aislarme de todos con un fuerte sentimiento de rabia o irritabilidad.