20 March 2006

you're stumbling in the dark

Los días negros abundan este verano. Son impredecibles, y sus explicaciones son insuficientes. El sol entra en Aries, es el cumpleaños de mi mamá, recibo una de esas llamadas que no me dejan tragar comida el resto de la noche, recibo a los pésimos de mis padrinos en instantes en que no quiero compartir con nadie. Mi cabeza es un meollo otra vez, pero esta vez me rebelo: no más. Ya no soporto esta eterna incertidumbre, este pesar de creer que lo mejor que me pudo haber pasado cruzó frente a mí y yo estaba demasiado dormida para reconocerlo. No he tenido idea de qué hacer y me he quedado estática esperando una respuesta. Sólo me han llovido más preguntas, así que sigo adelante, y dejo atrás lo que no se quiere resolver por su cuenta.
Qué divertido es cuando reconozco que soy una fuente burbujeante de pesimismo y depresión.

(Pequeña e ingenua Marcela, ¿qué esperabas? Deja de buscar en ellos lo que sólo tú puedes darte. Sólo serían curitas temporales a heridas que llegan hasta la médula. Reconozco que son un excelente escape, una droga perfecta que te descubres deseando en medio de la biblioteca cuando deberías de concentrarte en otros asuntos. Pero no puedes seguir así. ¿Cómo te atreves siquiera a emitir opiniones del camino de perdición de otros de tus amigos, cuando son tan paralelos a los tuyos? ¿Cómo crees que los vas a rescatar o ayudar? Quítate la paja de tu propio ojo, pedazo de hipócrita.)

1 comment

  1. Indeed, dark days arise. El sol en Aries; claro, felicidades a tu mama, pero tengo que decir que estos días son tan oscuros como el rincón del Universo, ¿acaso compartimos más de lo que creíamos?

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